En plena resaca de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, que nos han dejado a todos con más ganas de medallas y de saltadores de trampolín o lanzadores de jabalina buenorros, nos llega Louis Vuitton para complacer a todas aquellas mentes insaciables de deportistas con tabletas de chocolate por abdominales y espaldas que bien podrían servir de acero para los barcos. Y es que Louis Vuitton siempre ha sabido rodearse de gente de calidad y Michael Phelps no iba a ser menos.
Por eso, le han plantado unos speedo ajustaditos, para dejar a la imaginación volar más rápido de lo que Michael Phelps nada (y mira que está complicado el asunto) y le ha metido en una bañera, a lo Carmina Ordoñez, con un bolso de Louis Vuitton abierto a lado lleno de enseres necesarios para practicar tan noble deporte (vamos, una toalla, un gorro de piscina y unas gafas para que el cloro no nos deje los ojos como los de un sapo)
Y eso que Michael Phelps, posar lo que es posar no parece que lo haga muy bien, que el chaval será guapete y sabrá nadar mejor que es mismísimo Mark Spitz, pero lo que es saber posar delante de una cámara… pues no es su fuerte. Por suerte, Annie Leibovitz era la fotógrafo encargada para la campaña y esta mujer es capaz de sacarle el mejor lado hasta al menos fotogénico de este planeta. Y el resultado… no es para anda despreciable.
Fotos | Louis Vuitton
Vía | Just Jared
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