Es lo que tiene ser demasiado famoso (o demasiado tonto, aún tengo que decantarme por una de las dos opciones), que uno tiene que tomar decisiones algo drásticas si lo que busca es privacidad en sus actos no-cotidianos. Y como tal entendemos, por ejemplo, a bautizarse. Algo que para el resto de mortales sería una cosa normal, en Justin Bieber es todo un fenómeno mediático que atrae a todo tipo de periodistas.
Parece que después de los comentarios racistas sobre el Ku Kux Clan y toda la bronca que le ha caído encima, ha querido expiar sus pecados e intentar reconducir su vida por el buen camino. Y junto a él se encuentra el pastor Carl Lenz, que ha conseguido renovar algo en su interior con sus sermones y parece que es el artífice de todo este cambio. Como será que Justin Bieber lleva una semana leyendo y estudiando la Biblia, incluso ha colgado alguna fotografía de los textos sagrados en Instagram.
El caso es que el muchacho quiso estar bautizado pero claro, en una iglesia, en la que todas sus puertas están abiertas... la cosa está complicada. Así que decidieron que lo mejor, para que no se llenase el santo sitio de flashes, es que Justin se bautizara en el baño de la iglesia. Y eso hicieron, que para que alguien entre allí es más complicado. Para que veáis hasta que punto llega lo de la fama poproseros...
Vía | Cuore
Foto | Justin Bieber en Instagram
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