La explicación es sencilla: porque el amor no atiende a razones. Eso es lo que les está pasando a Justin Bieber y Selena Gómez, que se han visto sumidos en una rutina de trabajo, presentaciones, sesiones de estudio, videoclips y merchandising que solo les deja tiempo para ducharse, comer en media hora y recuperar horas de sueño. La relación, según dicen las malas lenguas, ha pasado a un segundo plano.
No sabremos si será cierto o no, que estos rumores bien pueden haber sido inventados por una fan crazy de Justin Bieber de estas que no quieren que su nene esté con otra que no sea ella (y como con ella no puede estar, mejor con nadie), pero el caso es que los rumores de crisis entre estos dos son cada vez más y más frecuentes. Y no, los celos o los cuernos no tienen nada que ver de momento en la ecuación de la posible ruptura, es más bien el trabajo y el tiempo en que se encarga de mandarlos a freír espárragos.
Vamos, hablando en plata, que Justin Bieber no tiene tiempo para cuida de Selena Gómez y la relación está como una planta mustia en el balcón en mitad del verano. Y mira que ellos lo intentan, que se proponen salir a cenar, a tomar copas, a quedarse en casa con plan de peli y manta... pero no debe ser suficiente. No sabemos si porque ella necesita más atención, si porque él nos miente cuando dice que hace todo eso o si las fans se están inventando un rollo del quince para provocar la ruptura. Sea como sea, no nos gusta en ninguno de los tres casos.
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