Pues seguro que la mar de desestresante, que no todos los días uno puede permitirse el lujazo de llamarle zorra a la cara a la mismísima editora jefe de la revista Vogue, Anna Wintour. De hecho es que el resto de los mortales ni tan siquiera osamos plantearnos la posibilidad de cruzárnosla un día que salgamos de fiesta porque raramente podremos permitirnos frecuentar los sitios que ella pisa. Y muchísima menos equivocarla con una amiga que se llame igual en nuestra agenda de teléfonos porque el día que yo pueda ir por el mundo diciendo que tengo a Anna Wintour en la agenda del móvil, muy posiblemente esté ya senil y asumiendo que debería empezar a mirarme la cabeza, que estas cosas son delicadas.
Pero claro, eso si eres un simple mortal. Si eres Lady Gaga el asunto ya toma otros matices, que la agenda de teléfonos de la Gaga seguro que merece colgarse en algún museo porque miedo me da pensar a quién podría encontrar por ahí. De momento hay una que seguro que está: la famosa Anna. Es amiga íntima de Lady Gaga y las dos mantienen una relación bastante estrecha. De hecho, es tan estrecha que con motivo de los recientes premios CFDA 2011, en los que Lady Gaga se llevó así by the face el premio a uno de los personajes más influyentes de la moda, por su estilo por su… bla bla bla, lo de siempre, la propia Anna Wintour fue quien le llamó para notificarle tan esperada noticia.
Gané el premio, así que ella me mando un mensaje al móvil en el que ponía: ‘Estamos muy ilusionados por poder anunciarte que eres la ganadora del premio como imagen e icono de la moda que otorga la CFDA. Y claro, yo creía que la que me escribía era Anna Treblin, una de mis mejores amigas y asistente de mi estilista Nicola. Entonces, como tengo un par de Anas en el móvil, mi contestación fue: Si zorra, lo hemos conseguido.
Y me tengo que estar imaginando la cara de Anna en su despacho en plan (agarrando el móvil con las dos manos): uy, la Gaga, que mocionada se la ve, voy a contestarla:
Me alegro y estamos esperando a ver que es lo que llevarás puesto.
Desde luego que en ese aspecto la muchacha se esforzó al máximo para agradarla después de semejante equivocación, porque menudo modelito que se nos marcó:
Y claro, después pensé: Leches, ¿no me vas a ayudar a elegir que es lo que voy a llevar? Y entonces fue cuando caí en la cuenta de que era Anna Wintour
Y aquí es cuando yo caí en la cuenta de lo importante que es la Gaga para todos los que manejan el cotarro de la moda, que se puede permitir el lujazo de llamarle zorra a una de las eminencias en moda a día de hoy (eminencia aunque sea periodísticamente hablando) y seguir respirando el mismo aire que ella.
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Foto | Gtres
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