Anda que no llevan tiempo estos dos pelando la pava. Y es que Anna Kournikova y Enrique Iglesias se han convertido en una de las parejas más duraderas y discretas del panorama famosil del momento. Aunque si me preguntáis, yo al principio no daba un duro por ellos, me pegan lo mismo que una patata y una pieza de Lego. Ahora bien, parece que Papá Noël ha dejado algo sustancioso en casa de estos chicos... Algo... sustanciosamente brillante...
Resulta que los paparazzi los cazaron justo en Nochebuena, cita que pasaron a bordo de un barco de un lado para otro, y Anna lucía en su mano izquierda un señor anillo con pedrusco de proporciones considerables. Sólo os digo que el diamante se ve grande de narices a cierta distancia, así que en corto tiene que ser tremebundo.
Lo cierto es que Enrique y Anna - jiiijijijiji - nunca han parecido preocupados o interesados en casarse. Son jóvenes, tienen agendas apretadas y todo el tiempo del mundo. Pero no me extrañaría nada que haya llegado el momento de dejar de picaflorear y poner lo suyo por escrito. ¡Qué ganas de ver el vestido de novia!
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