Queridos poproseros no se me ocurre mejor plan que irnos de bautizo en una mañana de domingo. Vuestra Viola se puso de tiros largos (la pamela no, que en casa es incómoda) para verse el streaming de la ceremonia y luego contaros que en Mónaco se fueron de principesco bautizo. Sí, lo sé, qué vida tan triste tengo que hago cosas así una mañana de domingo. ¡Noooo! Servicio público para cotillearos todo acerca de los principillos y sus familias. Vamos allá.
Los niños, los verdaderos protagonistas del día son dos ricuras rechonchitas y que da la casualidad que cada uno se parece a uno de los papis para que no se celen. Jacques, heredero al trono es igualito a mamá, y Gabriella se parece a papá. A eso se le llama hacer bien las cosas. Uno de cada uno y así no hay discusiones. La verdad es que son preciosos y de lo más alegres. Alberto está algo menos rechonchete y creo que no había visto nunca sonreír tanto a Charlene, vestida de Dior, minimalista pero elegante.
De entre los invitados echamos mucho de menos a Carlota, que suele ser de las que más glamour le dan a todo el asunto, pero su madre Carolina iba como un pincelito con su pamela XXL, un dos piezas y unos pendientones. Perfecta siempre. Estefanía llevaba un vestido azul y la verdad es que iba más favorecida de lo que nos suele tener acostumbrados. La que no estaba tampoco era Tatiana, lo mismo a causa de su embarazo.
Pero por supuesto las miradas también estaban puestas en Beatrice Borromeo, la futura esposa de Pièrre, que no les queda nada para casarse ya. Esta chica rivaliza siempre en elegancia con su cuñada y si no está ya no digamos. El abriguito y la pamela que llevaba eran espectaculares. Pues nada, de aquí a pocos meses tenemos boda y ahí sí que nos vamos a cansar de comentar modelitos.
Fotos | Cordon Press
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