Y por fin llegó el gran día, el día que todos los seguidores de la familia real british esperábamos. Y es que un bautizo de un primogénito no lo tenemos todos los días y si es del hijo de los duques de Cambridge, pues más ganas todavía, que una es muy maruja para que no sacien su sed de faranduleo.
El caso es que desde que nació el pequeño George y vimos a sus orgullosos papás posando en las puertas de la clínica, solo volvimos a ver al pequeño en aquella foto oficial que lanzaron a los medios. Vamos, que ya iba siendo hora que Kate Middleton y el príncipe Guillermo se dejasen ver con su criatura. Qué mejor momento que el bautizo.
No me digáis que no está para comérselo cachito a cachito (vale, lo mismo me ha quedado una frase un poco sádica...). Rechoncho y monísimo, las cosas como son. Eso sí, no le saco parecidos de ninguna manera.
De los detalles del bautizo os contaré que los primeros en aparecer a la ceremonia que duró unos 45 minutos, fueron los siete padrinos. Sí, siete, ni más ni menos, lo de tener dos solamente es para los plebeyos. Así tenemos a Oliver Baker, compañero de la Universidad de St. Andrews de los Duques, Emilia Jardine-Paterson, compañera y mejor amiga de Kate en Marlborough College, el Conde Grosvenor, hijo del Duque de Westminster, Jamie Lowther-Pinkerton, que sirvió como secretario privado a la pareja, Julia Samuel, íntima amiga de la Princesa de Gales, Zara Tindall, hija de la princesa Ana y prima del Duque de Cambridge, la estrella de rugby, Mike Tindall, y William van Cutsem, amigo de la infancia del Duque de Cambridge. Vamos que sólo faltaron los Beckham.
Y ahora comentemos las fotos. Señalar que Kate Middleton simplemente lució espectacular con su traje de falda chaqueta en blanco roto con un tocado precioso. Vamos, un look de diez para un evento de este tipo y más siendo ella. Mejor imposible. Pero qué mona va esta chica siempre.
La reina Isabel llegó con uno de sus millones de abrigos a juego con el sombrero... Estoy segura que se los hacen al pormayor... Y detrás, tenemos a Camila de blanco muy elegante.
Y pasamos a la familia Middleton donde destacó por encima de todo el floripondio de Pippa Middleton. Sí, el tocado que se nos plantó en medio de la frente. Quizá un poco demasiado transgresor, lo hubiese ladeado un poco y hubiese estado guapísima porque el traje era muy bonito y su peinado también.
Y por último tenemos a la madre de Kate muy elegante ella como siempre. No esperábamos otra cosa.
Comentar también que el pequeño George ha sido bautizado con aguas del Jordán (la del grifo bendecida debe ser malísima), y ha lucido para la ocasión una réplica hecha a mano del real faldón de cristianar que fue creado en 1841 (lección de historia al canto).
Sea como fuere, nos ha encantado el bautizo y lo guapérrimos que iban todos, ahora estaremos pendientes de las fotos oficiales con las que seguro que se nos cae la baba nuevamente.
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