Cómo ser celebrity y naufragar con los estilismos elegidos en la playa


Si ya decía mi madre que ser guapa no era nada fácil… y razón no le faltaba, desde luego. Aunque creo que ya he llegado a entender a que se refería, y no es precisamente a que hay que elegir bien los vestidos cuando uno sale de casa o acude a una fiesta, que va. La que tiene estilo lo tiene hasta cuando va al baño en la peor de las ocasiones. Y en este caso no estamos ante el hecho extremo de haber pillado a nuestras celebrities haciendo de las suyas en el wc, que va, sino en la playa con los bañadores al aire y chapoteando como merlucillas en el atlántico. Y válgame dios los estilismos que se ven por ahí...

El bañador de Anne Hathaway que cualquiera diría que esta mujer tuvo que aprender a vestir cuando rodó el diablo viste de Prada, porque ante semejante barbarie visual es preferible ponerse una bolsa de basura. Lo de Jennifer Love Hewitt prefiero no comentarlo, porque de verdad que se me cae el alma a los pies. Beyoncé en su tónica de tener que ir dando el cante por todos lados (¿conocerá esta chica el término llamar la atención?) y a Paula Echevarria que mira que siempre me gusta como va pero parece que esta vez le han colocado los restos de una piñata y del cotillón de nochevieja en los pechos.


Si pasamos de página, veremos que Paris Hilton sea el verano que sea sigue en la línea de superar a Beyoncé en lo que a llamar la atención se refiere pero eso sí, dejando bien claro que ella está forrada de dinero y que todos sus bañadores valen millones. Y si no se los compra de color dorado o plateado que parece como que valen más. Hayden Panettiere es mejor aun que todo eso, que el ir a la playa para ella es hacer un homenaje a Fiebre del Sábado Noche en toda regla. Sólo le falta colgarse de las orejas dos bolas de discoteca y ale, el chiringuito andante.

Para rematar acabamos con Michelle Rodríguez, que además de ponerse pantalones para meterse al agua, parece que le gusta comprarse bikinis que sólo le tapen los pezones, porque un par de tallas más no nos habrían venido nada mal para evitar que parezcamos vacas lecheras. Y la pobre Julia Roberts que con eso de que tiene miedo a quemarse se nos planta cada modelo bañador-camiseta que dan ganas de echarle dinero en la toalla. Menos mal que nosotros sabemos lo que gana y nos cuidamos muy mucho de hacerlo…

Foto | In Touch

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