Rocío Carrasco recuerda entre lágrimas el nacimiento de su hija y el bofetón de su padre: "No sé si fue el día más feliz de Antonio David, pero sí el que se aseguró su futuro"

Rocío Carrasco, nuestra Daenerys patria de la Tormeta Mediática (la que no arde, madre de Ave Fénix, rompedora de mentiras, Reina de las cenizas, Gobernadora de los tribunales), ha comenzado el capítulo 2 titulado 'Se nos rompió el amor' dando titulares como para sacar del paro a los periodistas de este país que lo estén (casi todos, ya os lo digo yo).

En este nuevo episodio, Rociíto se ha remontado al nacimiento de sus dos pequeños, especialmente en el de la tercera de su nombre, Rocío Flores. Una llegada al mundo que la mujer del momento recuerda con mucha felicidad, con su madre cantando por ahí y con su padre cuidándola como si fuera de porcelana.

Al enterarse de que Rocío se había quedado embarazada, Antonio David, tras caerse de una escalera y hacerse una brecha, se encargó de que su mujer fuera adelante con el embarazo, según Rocío, para asegurarse su futuro. De hecho, Pedro Carrasco llegó a abofetear a su hija bajo el clásico "te lo dije", muy cabreado cuando le dio la noticia de que iba a ser abuelo.

Rocío Jurado siempre tuvo la mosca detrás de la oreja con Antonio David Flores, al menos eso es lo que relata su hija: "Era primeriza, tenía 18 años y mi madre quería ver cómo me desenvolvía, por eso nos fuimos un mes a casa de mi madre. Ella se quedaba mirando a la niña y lloraba. Le decía 'hija de la gran puta, qué guapa eres", ha comentado reconociendo que su madre no se fiaba de su hija de dieciocho años como madre.

Cuando Rocío Flores llegó al mundo, para la Carrasco fue un reseteo en su mala relación con Antonio David por la felicidad de sus padres con la niña: "Se supo que tenía los ojos azules desde el día que nació, tenía los ojos de su abuelo. A mi padre le dio la vida, el moría con su nieta. Le daba miedo darle los biberones, él era más cauto, más precavido, no quería hacerle daño. A él le hizo muy feliz la niña", ha recordado entre risas y lágrimas hablando de cómo su hija volvió a unirla a su padre.

Pero no sólo era la felicidad de los abuelos de la niña lo que le hacía salir cada día hacia adelante, sino también la que ella sentía como madre: "Yo con la niña hacía absolutamente todo, yo me la colgaba y hacía la compra, iba a la peluquería a comer... Era la mujer más feliz del mundo con ella en todos lados. Era un bebé más grande, tenía la cara redonda, regordeta, con unos mofletes y unos ojos azules impresionantes, era belleza. Yo estaba con ella como si fuera una muñeca", ha relatado sin poder parar de llorar al ver las imágenes de la que un día se dirigía a ella con ternura y llamándola "mamá".

"Era una sensación de felicidad absoluta, estaba completa y estaba pletórica. Siempre me consideraré una buena madre", conseguía atinar Rocío Carrasco con sus sentimientos, reconectando con su instinto maternal del que tantas veces se le ha presupuesto deshecho o, directamente, inexistente.

Es bastante reseñable que Rocío Carrasco habla en todo momento de Rocío Flores en pasado, dándose por acabada como madre: "Pasó a ser lo más importante de mi vida, era maravillosa, moría con su madre. Me SENTÍA querida por ella, me hacía lo más feliz del mundo. Ella era un bicho, pero era una niña buena, educada, muy pizpireta, muy alegre, tenía pasión con su abuela y con su abuelo. Yo la tenía educada en el 'no se miente'", ha admitido esta noche de domingo sin conjugar ni un verbo en presente y con alguna segunda intención en eso de la educación en la verdad.

El Ave Fénix del cancaneo ha reconocido que también se tragó que AntonioDá podía ser un buen padre, a pesar de que no limpiara sus pañales "porque eso es más cosa de la madre" (palabras de él). Una opinión de Rociíto que cambia de extremo al ver cómo usa a Rocío Flores de arma arrojadiza:

"Él también sentía locura por la niña, pero pasaba menos tiempo porque empezó a trabajar. Yo hasta que me separo lo tengo como un buenísimo padre. Rocío se pasó seis o siete meses sin dormir y eso me lo tragaba yo. Dormí tres semanas en esos meses, durmiéndola en brazos", ha concluido el tema de la niña (por el momento) y Antonio David padre en este capítulo.

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