A Lily Collins ni mencionarle el apellido de su padre que te saca las uñas...


Normal, la pobre chiquilla tiene que estar hasta los mismísimos de que todo el mundo se piense que ella está donde está por ser hija de quien es. Y no digo que algo de razón tengan querida Lily Collins, que no creo que sea justo pero tampoco podemos negar fervientemente que eso de llevar el Collins a las espaldas no te abra puertas involuntariamente que a ti te cueste luego cerrar o declinar porque resultan ser la mar de tentadoras. Habrá que trabajar el doble para no caer en la tentación…

Al menos así lo ha dicho para la revista Nylon, donde Lily Collins posa con mucho glamour (recordemos que aquí donde la véis, ya se ha pateado la mitad de las revistas de moda y ha hecho una trayectoria más que completa en el mundo del cine) y además confiesa que lo de su padre es algo que la verdad le repatea mucho, que está cansada de que se ponga en tela de juicio su profesionalidad por el simple hecho de venir de donde viene.

Yo, sinceramente, no me preocuparía querida. Recientemente has sacado una película si no mal recuerdo (Mirror, mirror, la versión adulta de blancanieves), en la que puedes dejar bastante claro que tus habilidades en el mundo del celuloide son bastante merecidas y que has llegado hasta donde estás ahora mismo por tus propios méritos y no por estar bajo las faldas (en este caso los pantalones) de papá. Así que a currar se ha dicho y ponerle mucho empeño, que no eres la primera a la que le ocurren estas cosas.

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Vía y Foto | Nylon Magazine

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