¡Vaya tipín, Jorge Javier! Estas fotos y esta portada nos han dejado impresionados a todos, y es que el presentador de Telecinco ya puede dejar 'Sálvame' para dedicarse en exclusiva a su carrera como doble de Maxi Iglesias o para interpretar 'El Guardaespaldas' en Broadway, y así amortizar sus impresionantes dotes de cantante, tal y como ha demostrado cada viernes noche en 'La Última Cena'.
¡Subidón para empezar #LaÚltimaCena9 con @jjaviervazquez! 😍 Esta noche los hermanos Frigenti se ponen al frente de los fogones. ¡En directo en @telecincoes! https://t.co/Qa6jhBNncH pic.twitter.com/7BoWsUfhwx
— La última cena (@laultimacenat5) July 17, 2020
La revista 'Diez Minutos' se hizo con el cincuentón más vigoroso de la discoteca y se lo llevó a la portada en la primera noche. El que parece ser el único presentador de Mediaset, porque conduce todos los programas que se le ocurren al visionario Paolo Vasile, ha acabado agotado, precisamente, por tanto trabajo y ha reconocido en su blog estar en un momento que no se aguanta ni él.
LO MÁS VISTO DE AYER EN https://t.co/l9CZtgAKn8 Jorge Javier Vázquez se relaja en Ibizahttps://t.co/CnZWVPVgEP
— Diez Minutos (@diezminutos_es) August 6, 2020
Si es verdad que cuanto más se acelera más calentito se pone uno, Jorge Javier no debería ir a más de 50 (su edad), aunque sea el orgullo de Chueca, los años se notan, amigo. Jorge Fucker Vázquez confesó a la Campos haberse enrollado con gente terrible por tal de no estar solo. Qué pena verle así ahora: en un yate navegando por las olas de Ibiza y sin nada más que el divertimento que le puede dar el tirar la caña en un mar lleno de peces ansiosos por picar el anzuelo del presentador.
El método Jorge Javier, para ponerse así de macizorro, consiste en obedecer a un entrenador personal (al alcance de todos los bolsillos, por supuesto) y hacer cinco horas de gimnasio semanales, más o menos las que dedico yo a Netflix. El polifacético Vázquez reconoce que lo más duro es no retomar los malos hábitos, aunque creo que ponerse ese bañador, por muchos 135 euros que le haya costado (como ha podido comprobar la revista Ten Minutes), debería considerarse un mal hábito.
