La enseñanza de Paz Padilla: así fue como acompañó a su marido en sus últimos días

Prepárate que este es un viaje movidito. Paz Padilla se sentó el pasado sábado en 'Sálvame Deluxe' para abrirnos su corazón y contar cómo había sido el proceso que había vivido con Antonio, su marido, que falleció el pasado mes de julio.

Después de unas semanas retirada, ahora la presentadora volvía al programa para sentarse delante de Jorge Javier. Una entrevista que empezó con las pantallas del plató con imágenes de estrellas, sin fotografías personales, como ella misma había pedido. "Si me preguntas cómo estoy, estoy triste. Estoy en pleno camino, estoy en luto", arrancaba explicando Paz.

La muerte de su marido supuso un golpe duro. Es la segunda pérdida a la que Paz tiene que enfrentarse este año, pues en en febrero le tocaba despedirse de su madre: "Cuando fallece mi madre, Antonio estaba ya enfermo. Es decir, yo me preparo para la muerte de mi madre, y vivo la muerte de mi madre, pensando que volveré a vivir la muerte de Antonio".

Nadie se imaginaba lo que Paz y su marido estaban viviendo. ¿Por qué decidió mantener oculta la enfermedad de su marido? ¿Por qué ni siquiera se lo contó a sus compañeros? "Yo soy Paz Padilla. Yo trabajo en 'Sálvame', en un medio de comunicación. Pero yo quería protegerlo: a él, a su hija y a su madre. Entiendo que yo tenga una vida expuesta, pero a él tenía que protegerlo".

Aún así, en la entrevista cuenta que pasó muchos momentos de bajón mientras estaba trabajando, y cómo intentaba sobrellevarlos para que nadie se diera cuenta: "Un momento que para mí fue muy duro fue cuando fallece el hijo de Ana Obregón, Álex. Me voy para atrás, quitaba el micrófono y yo lloraba, lloraba, lloraba. Y venga, para dentro. Seguía el programa".

Aunque Antonio y Paz tuvieron un romance en su juventud, sus caminos se separaron y no fue hasta hace unos cuantos años que volvieron a reencontrarse, casándose en 2016. "No se ha muerto mi marido: se ha muerto mi alma gemela".

Respecto al acompañamiento durante el proceso, Paz cuenta que fue duro, llorando siempre en silencio y a escondidas para que él no la viera. "Yo le acompañaba a la quimio y me iba a hacer 'Got Talent'", añade.

Pero, ante eso, decidió darle lo que, según ella, era lo único que podía darle: "Amor. Amor del bueno". Fue así como aprendió a vivir el momento: "Yo creía que vivir el aquí y el ahora era lo que hace la gente: nos vamos de viaje, nos vamos de botellón, hay qué bien lo estamos pasando aquí en la playa... Eso no es el vivir el aquí y el ahora. El vivir el aquí y el ahora es darle la mano a mi Antonio, sentarme con él, decirle 'te quiero', respirar y esperar que pase el día. Y el día pasa lento, lento, lento... Y yo quería cada segundo de vida que él tenía, pasarlo con él. Yo en el confinamiento fui feliz. Yo decía: 'Pedro Sánchez, por favor, alarga otra vez'".

Los últimos seis días de Antonio fue un proceso de acompañamiento y despedida en los que Paz no se separó de él: "Yo le decía: cariño, espérame, que luego iré yo". Así que decidió prepararle una buena despedida: "Yo puse una foto de mi madre con una vela, le digo 'mamá, ayúdale'. Puse flores en la habitación, puse música zen y puse aroma. Olía a lavanda. Y durante seis días que duró el proceso yo me fui de viaje con él. Me fui a Bora Bora. Yo me sentaba con él, le daba la mano y le decía 'te quiero, cariño', gracias por haberme hecho tan feliz".

"Yo quería que muriera en casa", explica. Así que ella misma era la encargada de ponerle la morfina a su marido después de que los médicos le explicaran todo. Y el final se acercaba cada vez más. "Llega un momento en el que tú tienes que soltarlo. Tienes que decirle 'ya, cariño, te quiero, ya te toca'".

La sonrisa, y eso lo tiene muy claro, ni la ha perdido en ningún momento ni la piensa perder: "El hecho de que haya fallecido mi marido no me ha quitado las ganas de vivir ni me ha quitado el humor".

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