Esto de 'Secret Story: la casa de los secretos' de Telecinco se le está haciendo ya bola hasta a los propios concursantes a los que, por cierto, no les quedan casi ninguna para seguir jugando a adivinar los secretos de sus compañeros. El reality primo-hermano Erasmus de 'Gran Hermano' (lo único que con un nombre en inglés, que siempre queda todo más cool) tiene menos trama que una peli sueca de domingo a la hora de la siesta de las que echan en Antena 3 y parece ser que el pseudo-romance imposible pero no entre Cristina Porta y Luca Onestini es el único rayo de luz que le queda al programa.
El shippeo entre el hermano cañón de Gianmarco Onestini con pinta de prota de telenovela turca y la periodista deportiva está tardando más en llegar al clímax del carpeteo que la obra de la Sagrada Familia. Aunque el amorío de los concursantes tiene menos ritmo que un disco de Álex Ubago, de vez en cuando, nos deleitan con algún paso al frente por el que empiezan a caérsenos la ropa interior al suelo, como la declaración de amor de Luca a Cristina que pudimos ver ayer en la gala 'Secret Story: la noche de los secretos' presentada por Jordi González, que ya se creía que se iba a librar de trabajar con la emisión en Telecinco del documental de Dolores Vázquez en la noche del domingo.
Tras haberle hecho más de 6K (6000 Kobras) emocionales y literales a Cristina Porta, Onestini se ha deshecho en unas onestinis palabras romanticonas durante una conversación de lo más íntima y cómplice con su proyecto de churri. Luca se puso a filosofar y quiso saber qué es para su "amiga especial" la felicidad. Un poco perdida, le ha contestado que es un sentimiento que nunca se consigue al 100% y él, a su manera, le ha soltado que está enamorado de Cristina asegurándole que se levanta cada día feliz (no penséis mal) porque está junto a ella: "Contigo soy feliz. Me encapsulas", ha completado Cristina apasionada y dando palmas por las orejas por la apertura en canal del hermetismo del italiano.
Es evidente que estos dos tienen ganas de comerse vivos sin cubiertos y sin nada, muchos de los espectadores del reality son bastante ateos (como Nathy Peluso y C. Tangana) en cuanto a esta relación. De hecho, algunos negacionistas del shippeo Cristuca (o Luquina, como queráis) se han atrevido a calificar este movimiento acelerado de los tortolitos como "una estrategia" para salvar a Cristina Porta de la nominación, que se encuentra peligrosamente expuesta en la palestra esta semana junto a dos de los favoritos, Adara Molinero y Miguel Frigenti, repescados hace un par de semanas.
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