Esto es así: el verano tiene cosas que por mucho que nos empeñemos no cambiarán. Los chiringuitos, las tapas de paella, los balones de piscina, los guiris rojos y los escotes de Megan Fox, sus pechos y la pasión que desatan cada vez que los saca a pasear. Tiene que ser agobiante el saber que vayas donde vayas va a haber alguien que te esté mirando siempre los pezones, los bikinis y el modelito en general que lleves puesto ¿dónde le queda a uno la intimidad? Pues obviamente no en el escote porque poco más se puede meter ahí dentro.
Pues eso, que ahora mismo Megan Fox y su señor marido, Brian Austin Green, están en Hawaii celebrando su primer aniversario de bodas y disfrutando de unos días de vacaciones. Pero yo llego a ser él y de verdad que me entra una depresión de caballo, que vaya a donde vaya parece un cero a la izquierda en lo que a cámaras se refiere, que es sacar el zoom y ale, ale, a enfocar los pechos de su señora esposa para que los disfrute medio mundo mientras él se conforma con chapotear junto a ella. Qué vida más triste ¿verdad?
De hecho, en las declaraciones más recientes que han hecho, Megan ha asegurado que se lo está pasando fenomenal, que se siente con muchas fuerzas y que le están tratando como una reina. No muchacha, no confundas. Lo que a ti te pasa en verdad es que tienes un chute de autoestima increíble, que de tus películas no se dirán maravillas, pero desde luego que de tus pechos tampoco se dicen calamidades. Y eso de saber que estás en mente para más de un cuarto de la población tiene que ser la mar de reconfortante.
Por otra parte, Brian, hijo esto es lo que te tocó. Seguro que nadie te advirtió de lo que iba a pasar en vacaciones y que poca intimidad ibais a tener pero es el precio que hay que pagar por acostarse con Megan, cosas de la vida.
Fotos | Gtres
En Poprosa | Todos hasta el moño de Megan Fox
Ver 13 comentarios