Qué rápido pasa el tiempo, leches. Quién nos iba a decir que la misma niña que en su momento no se quería comer el pollo (y que su madre por poco se lo mete en la boca a mamporrazos, con lo bueno que estaba) ha acabado la carrera universitaria.
Porque sí, señoras y señores: Andrea Janeiro Esteban, la hija famosa-no-famosa de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique, la muchacha que durante tantos años sintió el peso de un tomate sobre sus hombros, la misma que a día de hoy tiene 22 años, ya ha finiquitado sus estudios.
2017. Andreíta y su madre, celebrando su 18 cumpleaños
Una carrera, la de Comunicación Audiovisual, que ha costado lo suyo. Y no precisamente por el nivel de dificultad, que de eso no sabemos. Hablamos de los dineritos. Porque la muchacha, nada más cumplir los 19 años, se hacía las maletas para mudarse a Birmingham, en Reino Unido, para estudiar en el Birmingham Metropolitan College.
Sí, y un nombre tan complejo únicamente puede significar mucha panojita. Porque cada curso en esta exclusiva universidad cuesta ni más ni menos que 10.000 euros. Eso sí, con la pandemia tuvo que volverse a España y continuar los estudios desde aquí de forma telemática. Que nosotros, en su caso, nos habríamos llevado del Metropolitan un par de escritorios, unas cuantas sillas y, si nos apuras, una pizarra. Por amortizar.
Pero la cosa es aprovecharlo. Y Andreía (coño, cómete el pollo) lo ha hecho. Porque fue este pasado fin de semana en 'Viva la vida', mientras hablando de la muchacha, cuando Toñi Moreno desveló que "es una niña maravillosa, muy inteligente. Ha terminado su carrera con matrícula".
Vamos, vamos, vamos... ¡Matrícula de honor! Que la única matrícula que se ha visto hasta el momento en los Janeiro Esteban es la que hay que pagar para apuntarse al gimnasio (aunque luego no vayan, pero el caso es apuntarse).
El caso es que la muchacha resulta ser un portento. Y después de acabar los estudios comenzó a hacer prácticas en 'Los 40 Principales' porque su sueño parece ser que es formar parte de su equipo de sonido. Ahí, metida en la pecera, sí que no va a necesitar ningún tomate para mantener el anonimato.
Fotos | GTRES