Ana Morgade ha pasado por quirófano y no, no ha sido por una operación de cataratas. Para los más rezagados del Morgadismo, siento deciros que sus gafas son de pega, sin cristales. La humorista ha explicado en sus redes que ha sufrido de una infección “bastante pesada”, más o menos como Telecinco con los anuncios de 'Love is in the air'.
La cómica, presentadora, actriz y locutora de radio (va camino de tener el currículum de Ana Obregón, le falta lo de bióloga y canguro stripper) ha definido su dolencia como “un mini Carrie, pero por dentro”, vaya, que ha sangrado tanto que podría ser toda una tentación para el vampiro buenorro de 'Crepúsculo'.
Morgade se encuentra tranquila, “contenta y optimista”, aunque confiesa haber pasado "un poco de susto" ya que ha sido recientemente madre y no ha podido evitar ponerse en lo peor.
Pero gracias al cielo, tenemos Anita para rato, tan sólo han sido tres días ingresada en el hospital para repostar energías y estar bien vigilada por los médicos, a los que ha querido agradecer su entrega y dedicación:
“Sí, esta vez es un hospital privado. Después de muchos diagnósticos que no me ofrecían una solución que mejorase mi estado - que era complicado y no siempre ha sido operable -, di con unos especialistas magníficos que me han sacado de esta y se lo agradezco infinitamente”, ha compartido Ana ya muy a gustirrinín desde la cama de su habitación privada (room privé, que es privado, más high class).
Finalmente, la Morgade no ha podido evitar expresar lo hartita que está de ver más a los médicos que a su propia familia desde que tuvo lugar el unboxing más importante de su vida, el nacimiento de su bebé:
"Vaya chocho de hospitales. Entre el parto, las revisiones normales y esto, he llevado el camisón más tiempo ya que Pepa la de Pepa y Avelino. Salud, caris. Os la deseo con la fuerza de una onda vital de Son Goku”, ha dicho recordando a uno de los mejores matrimonios de la tele.