Todos nosotros escribimos un nuevo capítulo de nuestras vidas cada día, desde que nos levantamos con ganas de seguir durmiendo hasta que nos acostamos con ganas de juerga. Sin embargo, cada miércoles noche nos olvidamos un poquito de nosotros para reescribir la verdad de la de Rocío Carrasco.
El episodio 8 ('Miedo') de esta especie de 'Cuéntame cómo pasó' basado en hechos verídicos del folclore ha comenzado remontándose al 25 de junio de 2006, el día de la apertura del testamento de Rocío Jurado o, en otras palabras, el día que la Carrasco empezó a hacer un currusco su relación con todos sus familiares tras convertirse en la heredera universal.
Rocío ha enumerado la lista de invitados a esta lectura que se produjo en la casa de la Moraleja de la más grande: Gloria Mohedano y su marido, Amador Mohedano (con gorro de paja de Aurelio cortijero) y Rosa Benenito, Ortega Cano, la albacea Ana (vecina y amiga de la Jurado) y ella misma.
Hay que ver cómo es la gente, que solo le gusta leer cuando se trata de la carta de los restaurantes, de Twitter, del valor energético de las barritas de proteínas -solo inclusive para influencers y culturistas- y de los testamentos...
"Estábamos los que teníamos que estar... Bueno, no. Teníamos que estar su marido, sus hermanos y yo solamente", ha comentado con cierto retintín Rocío excluyendo a Rosa Benito de la lista de invitados a este club de lectura con intereses.
Es entonces cuando la Carrasco ha respondido a la gran pregunta, la que valdría el millón de euros en un hipotético '¿Quién quiere ser millonario?' (cualquiera de los Mohedano y postizos, eso está claro) del salseo: "¿Por qué Rocío Jurado no dejó nada en herencia a David y Ro Flores, sus nietos?", ha preguntado con agudeza Anaís, directora y periodista encargada de la docuserie.
Rocío nos ha sacado de dudas: "Esa fue su última voluntad, Rocío Jurado consideró que no debía dejarles nada. Ella (Ro Flores), por no tener, no tiene de su abuela ni a la que parió, que soy yo", ha zanjado la Carrasco dejando entrever, sin ser yo experto en comunicación no verbal, cierta hostilidad en su respuesta.
La heredera universal, que a su vez convertiría algún día en herederos universales a sus hijos de no ser la cosa tan complicada como el último nivel del Tetris, ha concretado que, desde el famoso "qué va a pasar con la casa de Miami" de Rocío Flores cuando vio por primera vez a su madre tras la muerte de su abuela cuando la niña tan solo tenía 10 años, su hija ya empezó a dar síntomas de estar alienada por su padre.
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