Desde luego, Kelly Osbourne, si tiene una cualidad, esa es la del don de la importunidad. Y es que después de la movida que se montó por sus uñas en los premios Emmy, la presentadora ha vuelto a la carga posando de esta guisa, y dando todo el protagonismo a uñas horribles en plan bicharraco que como se las vea Lady Gaga con lo copiota que es, y lo mal que por lo visto se llevan, se va a morir de envidia.
Retomando el tema de la movida de los Emmy, por si no lo sabíais, resulta que la joven fue nombrada como la celerity con las mejor manicura. 'Premio' o nombramiento, que desató el revuelo de muchos de sus seguidores, ya que la laca en cuestión que llevó es la más caras del mundo, nada menos que 250.000 dólares el frasco, básicamente porque está compuesta por diamantes negros. Pero bueno, Kelly pidió perdón a sus fans ofendidos por semejante derroche, aunque a fin de cuentas a la chica se las pintaron, que tampoco me parece tanto drama, pero bueno.
El caso es que, ahora, semanas después ha reaparecido en la portada de la revista avant-garde Flaut y, como veis, toda la atención se la llevan las uñas. Que ya sé es una casualidad, pero no deja de tener su aquel, vamos que si lo intenta hacer aposta ni le sale. Esperemos que este fuera un esmalte normalito, que si no...
De todas maneras, lo diré o reviento, porque guste o no la sesión – a mí me parece lo más – hay que reconocer que está muy bien hecha y que la Obsboune luce espectacular. No me extraña que los magazines más modernacos se la rifen para protagonizar sus portadas.
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