Si Miranda Kerr se ha propuesto que le odiemos, va por muy buen camino...

Porque ahora que ya empieza a apretar el fresquete y sacamos del armario las sudaderas, los pantalones de invierno y los jerseys de punto, las hay por ahí (y no quiero señalar a nadie, Miranda Kerr) que siguen disfrutando del sol, del verano, del buen tiempo y de la playa. Y no solo lo disfrutan sino que además se encargan de que todos nos enteremos de que lo hacen.

Que sí, que Miranda Kerr es una adicta a las redes sociales y que lo mismo le da por subir una foto de un tomate maduro que de ella posando en bikini en la playa pero, que queréis que os diga, el tomate me parece gracioso y la foto de la playa más bien una broma del mal gusto porque yo lo del frío lo llevo bastante mal. Y no me apetece tener que estar diciéndole a Miranda que por caridad, deje de subir fotos poniéndonos los dientes largos. Que yo cuando me pongo seria me pongo muy seria.

Y no solo eso sino que ha dejado bastante claro que a ella lo de perder el tipo después del embarazo es algo que le suena a cuento chino, porque por mucho que sea capaz de meter tripa, es imposible que eso que se gasta por abdomen sea fruto de tres retoques de Instagram y un mantener la respiración mientras me hacen la foto. Eso es tan natural y envidiable como las fotos de tomates que la nena podía subir a su cuenta en vez de estar fastidiando con playa y sol.

Vía y Foto | Miranda Kerr en Instagram En Poprosa | Swarovski cuenta con una joya más para su corona: la mismísima Miranda Kerr En Poprosa | Con la M de miércoles con Miranda para Mango

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