Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover: una historia de alcohol, calabozos, bates de béisbol y un divorcio que no llega

Carolina De Monaco Ernesto De Hannover
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En 1999 todo el mundo puso sus ojos en la boda de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover. Todo era bonito, precioso, como de cuento Disney, como de película de Netflix, como de princesa y príncipe azul... Pero había un pero: el príncipe parece ser que al final era rana.

Era la tercera boda de la princesa de Mónaco, y con ella, gracias a la posición de Ernestito, ascendió a la categoría de Alteza Real. A pesar de todo, se separaron en 2009, aunque a día de hoy siguen sin firmar el divorcio, por lo que continúan siendo marido y mujer legalmente. ¿El motivo? La explicación viene calentita...

Carolina de Mónaco: una lucha por el título

Desde su separación a ojos de todos, Ernesto ha tenido varias parejas en un ir y venir. La última que se le conoce, la condesa Maria Madalena Bensaude.

Según la revista 'Vanitatis', el motivo de que el divorcio no llegue es sencillo. Y es que Carolina no estaría dispuesta a firmar la separación de manera oficial para poder mantener su estatus de Alteza Real.

Aunque la revista alemana 'Bunte' tiene otra versión mucho más altruista, dónde va a parar. Según este medio, la cosa comienza tal que así: papá Ernesto tiene una relación con sus hijos más tensa que la cuerda de un trapecista.

Ernesto Jr. y Christian 2021. Ernesto Jr. y Christian, los hermanos.

Ernesto Jr., el mayor, sería el heredero natural del título de príncipe de Hannover y de las propiedades de la Casa de Hannover. Pero aquí llega la condición para que se de este caso: que no haya otro heredero. Si lo hubiera, Ernestito Jr. no se quedaría ni la vajilla de Hannover.

Y es que, según explica 'Bunte', la princesa Carolina tiene miedo de que, si firma el divorcio, Ernesto pueda casarse de nuevo. Entonces él podría tener un nuevo hijo legítimo en un nuevo matrimonio a quien dejarle en herencia todo, todito, todo.

Carolina de Mónaco y Alexandra de Hannover 2007. Carolina, Ernesto y su única hija en común, Alexandra.

Ernesto Jr. y Christian son los dos hijos que Ernesto de Hannover tuvo con su primera mujer, Chantal Hochuli. Carolina siempre ha estado al lado de los retoños en las disputas con su padre. Su relación con ellos siempre ha sido muy buena. Además, Ernesto Jr. ha sido un gran apoyo para Alexandra de Hannover, la única hija que tuvieron Ernesto y Carolina, por lo que los lazos con su madrastra se han estrechado aún más.

Ernesto, un Jägermeister y la boda de Felipe y Letizia

Ernesto de Hannover, a sus 67 años, es el Pocholo alemán. Y los problemas en el matrimonio empezaron a aparecer cuando Ernesto se pasaba de Jägermeisters (suponemos que será una de sus bebidas favoritas, por eso del patriotismo).

¿Uno de los recuerdos que más nos gusta sacar del cajón, por la risita que nos echamos? La boda de Felipe VI y Letizia. Nosotros nos reímos, pero la pobre Caro tuvo que pasarlo un poquitín mal.

Carolina Monaco Boda Felipe Letizia 22 de mayo de 2004. Carolina de Mónaco, sola en la boda de Felipe VI y Letizia.

El matrimonio fue invitado a la boda, pero la única que apareció fue Carolina de Mónaco. Se hospedaban en el hotel Ritz de Madrid, y su marido llegó la noche antes de la boda un poquitín tocado, como un jovenzuelo que pasa su noche por Malasaña.

Ernesto llegó al hotel con más alcohol en el cuerpo que un bote de gel desinfectante. Menuda escandalera montaría porque, según dicen, acabó despertando en mitad de la noche a su mujer y a algún que otro cliente. El resultado está claro, ¿no? Al día siguiente tenía una resaca que no se iba ni con una tableta entera de Ibuprofenos, y se quedó durmiendo la mona. Ya si eso que Carolina le contase al día siguiente qué tal el bodorrio...

Ernesto y Carolina 2006. Cuando el matrimonio parecía ir bien...

Ernesto de Hannover: ingresos y detenciones

Uno de sus problemas es el alcohol, sí. Eso es algo que conoce media Europa. Este mismo mes de junio pasó por una clínica de rehabilitación en Austria... Para, unas semanas después, irse directo a Ibiza. La cabra tira al monte, amigui.

Ernesto de Hannover 2021. Ernesto de Hannover pasando el veranito en las islas Pitiusas tras abandonar la clínica.

En 2005 llegó a estar en coma por una hemorragia interna y una pancreatitis. "Cuando alguien me llama y quiere que tome unas copas con él, lo hago, no sé decir que no", explicó en aquel momento, poco después de su despertar.

Y en 2018 la cosa volvió a repetirse, teniendo que ingresar en un hospital de Austria. Es lo que pasa cuando tienes un problema de páncreas y sigues bebiendo alcohol como un náufrago que encuentra una garrafa de ocho litros de Bezoya.

Calabozos, policía y un bate de béisbol

Y no solo hospitales. Ernesto se conoce las comisarías de medio mundo como la palma de su mano. Porque, además, parece ser que se pone un poquitín violento cuando se pasa de copitas.

El año pasado, en septiembre del 2020, fue detenido por, presuntamente, amenazar a una empleada de su casa y a su marido con enviarles a una banda de matones. ¿Otras acusaciones? Acabó en el calabozo por haber destrozado una señal de tráfico y una vitrina de la Fundación Duque de Cumberland.

Ernesto de Hannover Ibiza 2021. Ernesto de Hannover en Ibiza.

No vayas a creerte que la cosa acaba aquí, qué va. Que hay otras aún más jugositas. Como cuando Ernesto afirmó que unos policías le habían agredido, mientras que los mismos policías aseguraban que había sido el señor el que les había amenazado con un cuchillo.

¿Que cómo acabó esta historia? Con Ernesto presentándose en la comisaría, bate de béisbol en mano, para charlar amistosamente con los dos policías que, días antes, habían acabado llevándole a la unidad psiquiátrica de un hospital. Al final pasó allí una noche. No queremos saber cómo se tomaría cuando le dijeran que en el hospital, de postre para cenar, lo único que ponían era un yogur desnatado. Que chupitos de hierba para bajar la comida nanai.

Fotos | GTRES

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