Cómo les gusta a las celebrities una buena alfombra roja. Y si encima es para que les premien por su buen gusto y saber vestir, ya ni os cuento. ¡Se les hace el culete gaseosa! Eso sí, los British Fashion Awards han sido un pelín sosetes, no os voy a engañar. Aquí va la gente seria, los adefesios se quedan en casa y, por lo general, todo el mundo va bastante discreto. Alguna que otra Morticia Adams por ahí, pero por lo general, pasamos el aprobado.
En la portada tenéis a la estupenda Salma Hayek, que desde que se casó ha mejorado en gusto y estilismos - lo que hacen las buenas compañías -, e iba bastante guapa con un vestido entallado con flecos gruesos que ayudaban a contrarrestar tanta curva. El pelo me encanta, ese moño le sienta de muerte.
El negro es el mejor amigo de una mujer
No, no me refiero a ningún maromo de dos metros diez que nos dé amor a cascoporro. Parece que nuestras famosas han elegido el color más elegante para no tropezar en la alfombra roja de los premios, y han sido unas cuantas las que han preferido no dar el cante.
Por ejemplo, la guapísima Dita von Teese, que a mí me tiene a sus pies desde que pisó por primera vez una alfombra roja. El estilazo de esta mujer es de otro planeta, y qué guapa sale siempre. Pelo perfecto, maquillaje perfecto y un señor vestido muy años 40 de manga larga con pedrería que le sienta de diez.
Muy fan también soy de Alexa Chung, que iba muy guapa pero en un estilo muy diferente. El vestido me parece precioso, con esa mezcla de bordado y transparencia que le sentaba de maravilla, discreto pero súper bonito. El pelo quizá un poco descuidado, pero lo más son los zapatos. Toma ya toque de color.
Por supuesto, siempre hay alguien que tiene que salirse de madre. Y esta vez le ha tocado a Morticia Adams Lily Collins. Muy guapo su chico, Jamie Campbell Bower, pero ella va de Halloween total. Sólo le falta dejar aparcada la escoba a la puerta. Horrible el maquillaje, el detalle del pendiente de cadena súper noventero y el vestido sin detalle alguno y de un soso subido. La peor de la noche.
Poniendo un toque de color
Lily Allen, ¡embarazadísima!, apareció con un poco de cara de cansancio, la verdad. Parecía que estaba deseando que el photocall acabara para poder sentarse y poner los pies en alto, y es que da la sensación de que está a punto de explotar. Muy guapa con su vestido azul y la falda plisada para darle un poco de vuelo al asunto.
Una de las guapas oficiales fue Cara Delevingne, que no terminó de acertar - al menos para mi gusto - con ese vestido plastiquero en verde bola de Navidad. Que sí, que estamos a la vuelta de la esquina, pero es que daban ganas de colgarla del abeto y plantarle un par de alitas de ángel a la espalda.
Rita Ora es de un sosillo posando que dan ganas de darle un copazo a ver si se anima un poco más. El color del vestido tampoco ayuda demasiado, difícilmente favorecedor. Pero desde luego, la actitud de ella podría cargarse hasta un Valentino. Menos mal que cuando actuó salió con un poco más de personalidad. Y con un vestido bastante más bonito, el detalle de la manga me encanta.
Por otro lado, Pixie Geldoff tampoco parece la alegría de la huerta. El vestido que sacó en los premios no me termina de convencer. Demasiado brillante, y con un color que no me parece que le favoreciera en absoluto. Entre el pelo negro y lo rotundo del rojo anaranjado de la tela, me parece todo un poco radical.
Y por último, nos quedamos con una señora de bandera, doña Livia Firth, esposa del divino Colin Firth - al menos hasta que se divorcie de ella para casarse con nuestra Viola. Guapísima con un gown azul súper sencillo, con un poco de textura y una caída y un peso sensacionales. Muy, muy elegante. Salvo el clutch, que por color no terminaba de casar.
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