Lindsay Lohan ya sabemos que está siempre a la última, a la última de lo que sea: modelitos, escándalos, rehabilitación... De lo que haga falta, el caso es que hablen de ella. Así que ahora haya saltado a la palestra porque quiera cambiar su nombre artístico (si es que tiene vida artística), pues como que a nadie le sorprende.
Sí, ella quiere ser como las divas de un solo nombre a lo Madonna, Beyoncé o Rihanna. Está claro que eso del nombre y el apellido se ha pasado de moda y ella quiere seguir estando en el candelero, por lo que Lindsay Lohan ha decidido abandonar el apellido para ser simplemente Lindsay. Nena no es por nada pero como que de original no tiene nada, nadita, y de identificativo, menos.
El caso es que se dice, se comenta, que esta decisión forma parte de su rechazo absoluto al joya de su padre, que además recientemente ha vuelto a ser detenido. De esta forma, la nueva y reconvertida Lindsay rompería un lazo más con su progenitor al que no quiere ver ni en pintura. Sin embargo ¿será esta una buena decisión? Si hasta su madre que hace mil años que se separó de Michael Lohan sigue manteniendo el apellido, sigo yo que por algo sería... Sea como fuere, haceos a la idea de que ahora nos hemos vuelto minimalistas que es lo que se lleva, que decir mucho parece que agobia.
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