Las revistas se tiran de los pelos por tener a Taylor Swift en portada. La música y la moda siempre han vivido un idilio de lo más romanticón, pero últimamente parece que se llevan especialmente bien. Sobre todo porque, por lo general, nos dan una vuelta de tuerca a los estilismos de las cantantes, en lugar de quedarse en el mismo look de siempre. Y con la jovenzuela de rubia cabellera, el resultado es sorprendente.
Sobre todo porque Taylor nos tiene acostumbrados a esos vestidos de princesa romántica, siempre entre gasas y tules. Así que verla con un minivestido a lo Twiggy, que combina transparencias con cuadrados amarillos situados estratégicamente, es un soplo de aire fresco. Y sí, yo también me he quedado un poco virula intentando ver si había algún cuadradillo descolocado.
Y de paso, en la entrevista interior, nos da un par de claves sobre sus relaciones - últimamente, bastante abundantes y con final muy poco feliz - y sobre cómo les saca partido a base de canciones que luego son número uno. ¡Ríete tú de quemar las fotos!
Para mí, es simplemente escribir canciones del mismo modo que siempre lo he hecho. Me siento en la cama sintiendo un dolor que no comprendo, escribiendo una canción y comprendiendo mejor. Si la gente quiere diseccionar las letras, están en su derecho, pero todo viene del mismo lugar que cuando comencé. Es algo que hago para sentirme mejor.
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