Doña Sofía se enfrenta a la enfermedad de su hermana Irene: cuidados en Zarzuela ante la pérdida de memoria

Irene Urdangarin podría mudarse a Zarzuela para sacarse el carnet de conducir

No hay capítulo agradable en la historia de doña Sofía. Nada más casarse con Juan Carlos, se topó con la cruda realidad de su matrimonio: el rey era un picaflor y ella debería soportarlo eternamente. Y así fue. Siempre guardó silecion y lloró en la más estricta intimidad. Se limitó a cumplir su papel de reina en soledad, lejos de su familia y en un país que ni siquiera es el suyo.

Amó a sus hijos por encima de todas las cosas y dedicó sus horas a la crianza. Mientras tanto, el emérito se lo pasaba en grande con toda fémina posible. Era un ligón empedernido, un Borbón de los pies a la cabeza. Se acostumbró a mantener relaciones fuera del matrimonio y Sofía, siempre callada, aguantó aquello durante años.

Fueron tiempos de tristeza, soledad y muchas lágrimas. La reina se sentía incompleta y rechazada. Saber que tu marido se lo pasa en grande con otras mujeres y estar condenada a soportarlo debe ser duro, pero guardó silencio. Felipe, el entonces príncipe, siempre estuvo junto a su madre cuando lo necesitó.

Portada Lecturas

Ahora, Sofía vive su vejez con tranquilidad. Esta alojada en Zarzuela, viaja de vez en cuando a Mallorca y cumple con su agenda institucional. Por el momento, no sufre ningún problema de salud, algo que sí le ocurre a su hermana Irene. Según Lecturas, padece 'el mal del olvido' y está perdiendo la memoria.

La emérita, como es lógico, cuida de ella cada día. Viven juntas en Palacio y nadie conoce a Irene como Sofía. Desayunan juntas, pasean, toman el te y se acuestan al mismo tiempo. Son dos hermanas unidas, pero una de ellas hace el papel de cuidadora. La madre de Elena y Cristina, tras superar la muerte de su hermano, se enfrente ahora a la enfermedad de Irene.

Fotos: Lecturas / Gtres

Ver todos los comentarios en https://www.poprosa.com

VER 0 Comentario

Portada de Poprosa