Sandra Barneda, tu paño de lágrimas profesional: así ha vivido (y sufrido) la experiencia de presentar 'La Isla de las Tentaciones'

Sandra Barneda, tu paño de lágrimas profesional: así ha vivido (y sufrido) la experiencia de presentar 'La Isla de las Tentaciones'
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A mí alguna vez ha venido un amigo o amiga a decirme que su pareja lo ha dejado, que le ha puesto los cuernos, que le ha engañado o que se lo huele muy mucho, que se ha encontrado unas braguitas que no son suyas debajo de la cama... Y si que me cuenten esto ya me pone nervioso, no me quiero ni imaginar lo de Sandra Barneda.

Esta señora, seamos sinceros, es la que corta el bacalao en 'La Isla de las Tentaciones'. Ahora lo peor que le puede pasar a las parejas es ir caminando por la calle y encontrarse a Sandra Barneda en la misma acera con una tablet en la mano. Si te pasa, echa a correr rápido en dirección contraria.

 

Hay dolores y sufrimientos (y magreos) a granel en cada programa. En una entrevista para la revista 'Lecturas' ha contado qué es lo que se cuece detrás de las hogueras: "Cuando entro en las villas, intento ser un poco más cercana, aunque no les puedo contar nada. Los ayudo un poco a soportar la experiencia". También te digo, Sandra, con cariño, que tu visita a las villas caga más que la del cobrador del frac, que solo llegas para dar disgustos.

Sandra Barneda Gif

Todos sabemos cuál es el momento más difícil. Bueno, más difícil para ellos, que para nosotros es el juguito que le da sentido a nuestra vida: "En el momento de las hogueras hago un trabajo de contención absoluta y de sufrir por dentro con ellos", explica. A lo que añade: "Lo paso muy mal con sus preguntas, porque quieren saber más, y sus miradas suplicantes... Es un momento complicado porque no les puedes ayudar".

 

Esas semanas de grabación, emocionalmente, ha tenido más altibajos que Leticia Sabater en toda su carrera musical: "Mi emoción fluctuaba en cada una [de las historias], porque me implicaba con lo que sentían. A veces era impotencia, porque veía cómo sufrían y no podía decirles nada de lo que estaba ocurriendo, o aquello que necesitaban saber para tranquilizarse".

"Con todo, lo más difícil para mí ha sido la contención, porque soy de las que cuando veo algo que no me gusta, salto". Te entendemos, Sandra. Que a nosotros, de haber estado en tu lugar, hasta nos habrían salido piedras en la vesícula de tanto contener. O eso... o se nos habría escapado alguna risa donde no tocaba. Que también.

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