Ay que ver con Sara Carbonero… ¿pensabais que íbamos a estar por lo menos la primera semana del año sin hablar de ella? Ilusos… Sara está hasta en la sopa para bien y para mal. Para mal porque son muchos (yo según me levante) que están hasta los mismísimos pelos de las orejas de Sara por aquí, Sara por allá, que si ahora se peina, que si ahora se rasca… vamos, que me sé mejor la vida se Sara Carbonero que la mía misma. Pero eso sí, para bien lo que se lo están pasando los comercios con ella, porque hay que ver que desde que se nos operó los pechitos, sale de compras cada dos por tres (también hace que estemos en navidad, no os vayáis a pensar que ésta va de adinerada por la vida) y todo lo que se pone, ale, ahí que está marcando tendencia y se pegan las clientas por adquirirlo (los clientes de momento no, que no veo yo a un mozo andando con unos peep toe por la calle).
Vamos, que aprovechando las rebajas y su nueva pechonalidad, Sara Carbonero ha salido de rebajas y se ha puesto las botas. Y era increíble ver como todo lo que tocaba o echaba un ojo, a los cinco minutos todas las maris que estaban pululando por Zara para encontrar algún chollazo para reyes (lo siento nenas, pero Zara hasta el 7 de enero no saca trapitos con descuentos) se acercaban para ver y alabar el increíble gusto que tiene la chica con estas cosas y muchas acababan en la cola de la tienda para comprarse un par de… de lo que sea, que ni miraban lo que tenían entre las manos.
Y es que otra cosa no, pero tenemos que reconocer que la chica tiene estilo. Tiene estilo y tiene pelas, dos requisitos fundamentales si queremos tener un armario digno de Pretty Woman (pero cuando conoce a Richar Gere, no antes) y siempre va a la moda marcando tendencia y enseñando a todo el mundo que ella, como buena mujer amante de la moda que es, se lee la Vogue siempre que puede para saber que el cámel es el color de temporada, que el punto en los jerseys es lo más y que el verde va a ser el color de la primavera.
Así que mientras medio mundo se tira de los pelos cada vez que Sara Carbonero hace acto de presencia en las noticias, en las revistas o en los crucigramas, el otro medio que son principalmente empresarios, se relamen cuando la ven lucir un abrigo de los suyos porque con suerte pasado mañana se les han agotado y tienen que pedir más. Ay Sarita, ay Sarita… que con tanta presión mediática te nos va a quedar calva del estrés.
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