Es habitual que los hombres busquen sus recursos para hacer necesidades básicas cuando se alquila un Airbnb de dos personas para nueve en un viaje a una ciudad europea donde la barra de pan sale a precio de mariscada. Sin embargo, la cosa cambia cuando el piso de alquiler es de ochenta y siete mil metros cuadrados y está videovigilado por toda España, como es el caso de Rafa, al que le ha dado igual cambiarle el agua al canario fuera del baño de la casa de 'Secret Story'.
El fontanero, en vez de arreglar la tubería en el jardín para así aprovechar la gota y regar las plantas, ha decidido ponerse manos a la obra (pis-tolera) en el armario del vestidor. Rafa ha cogido un bote de la alacena de la cocina y se ha puesto a orinar como si no hubiera un mañana simulando ser el Fauno de Narnia: rodeado de chaquetones y otros ropajes de sus compañeros.
Un precioso homenaje a la mítica presentadora del formato en el que se basa 'La casa de los secretos' (Mercedes Milá, que siempre defendió el pis en la ducha) que Rafa se vio obligado a ejecutar para evitar acabar empapado. Y no, no lo digo por su propio pis, sino por el cubo de agua que pusieron a modo de broma encima de la puerta del cuarto de baño para aquel que la abriera el primero en mitad de la noche. Su gozo en un pozo (y su pis en un bote) porque Adrián, el primero en entrar al baño, no se mojó ni un poquito con el cubo...
Para evitar acabar siendo Mr. Camiseta Mojada 2022, el concursante pegado a un pijama decidió calmar su desorinamiento dentro del armario (sin salpicar, eso sí). Un gesto que Rafa ha acabado reconociendo entre sus compañeros, a los que no les ha sentado muy bien la broma ya que el bote de los espaguetis ya estará marcado para siempre por el olor del agüita amarilla del concursante.
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