Tamara Falcó es una mujer de tradiciones. Ella desea una boda de cuento en el palacio que heredó de su padre. Quiere sentirse una princesa, llegar al altar y encontrarse allí con su príncipe azul. Quiere cura, ceremonia, lecturas varias y beso final de película. En definitiva, Falcó ansía un bodorrio clásico, conservador.
Y como sucede en todos los cuentos, la novia jamás comparte colchón con su amado hasta la noche de bodas. Onieva y Tamara ya lo han hecho pero, como guiño a la tradición, se separarán durante los días previos al enlace para darle algo de encanto al asunto.
"Mi madre quiere que duerma con ella", dijo Tamara en 'El Hormiguero'. Y si lo dice mamá Preysler, hay que cumplirlo. La reina de corazones quiere a su retoña en su regazo los días previos al casamiento. Y ojo, porque lo de dormir juntas es en sentido literal. Mismo colchón y mismas sábanas, o al menos eso nos dio a entender la marquesa.
"Está empezando a llegar todo el mundo, mis hermanos y demás, y le han dado mi cuarto a Julio. Así que no tengo dormitorio", dijo en pleno directo. Es decir, Isabel y su pequeña se arroparan mutuamente durante las noches anteriores a la gran celebración. Íñigo, mientras tanto, dormirá desangelado en el piso que comparte con su futura esposa.
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