Como ya sabréis, aunque no es oficial, Letizia le pidió al Príncipe un poquito de privacidad cuando los actos públicos marcados en la agenda oficial llegaran a su fin. Ya sabéis, para irse con los amigas a tomar cañas, de cena, a ver los toros... lo que haga falta. Y cada vez es más y más corriente verla salir sin su Felipín que, entre lo que le gusta la música y lo que se tiene que aburrir en palacio, lo de verla en los conciertos de Amaral, The Killers o a Bon Jovi es ya una costumbre.
Pues claro, ahora no iba a ser diferente: se nos fue de cena con las amigotas. Eso sí, horas antes de esta cena, presidió a las 19:30 h., en el Auditorio Nacional, el concierto conmemorativo organizado por la Fundación Luca de Tena, que promueve un programa de apoyo a periodistas desempleados frente a la crisis del sector. Nada más salir de allí, sin tiempo para cambiarse de ropa, Letizia intentó, cubriéndose con una chaqueta de cuero, dar un toque más casual al look que llevaba: un little black dress asimétrico de Hugo Boss, clutch de la misma firma y salones nude de Magrit. Y allá que se fue a celebrar con las amigas el buen tiempo de los madriles.
A las diez de la noche, Letizia y cuatro amigas entraban en el Arzábal atrayendo las maridas de todos los allí presentes que, por supuesto, la identificaron enseguida. Y claro, eso no debió de hacerles mucha gracia porque a los 10 minutos y dándose cuenta de que eran el centro de atención de todos, les llevaron al otro establecimiento que el Arzábal tiene, más recogido, coqueto y alejado de las miradas. Y allí que se tiraron raja que te raja toda la noche con la princesa que, todo sea dicho, iba espectacular ¿verdad?
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