Syvester Stallone por fin ha encontrado compradora para su lujosa mansión de Beberly Hills y no ha sido otra que la diva de las divas (con perdón a la queen Beyoncé) Adele. El actor puso a la venta la humildísima morada, en la que estuvo viviendo 30 años, por un precio (millón arriba, millón abajo) de 100 millones de euros.
Según informó 'The Times', la cantante ha conseguido que Stallone le reduzca la cifra de la venta del casoplón a 58 millones. ¡Eso es regatear y no los que rascan y rascan en el rastro por unos calzoncillos 'Tommy Hilfalsos'!
La nueva choza de la artista cuenta con 1.700 metros cuadrados, 8 dormitorios y 12 baños, muy propios para que se te caiga una lentilla al suelo y la busques cual 'Dora Exploradora' entre tanto parquet.
Por otro lado, el jardín de la "casita" está decorado con dos estatuas de los principales personajes que ha interpretado Stallone, Rocky y Rambo, que el actor colocó ahí en un momento de ego absoluto y que la cantante acabará vendido en 'Wallapop' a un precio negociable.
Adele se puede permitir pegarle estos viajes a la tarjeta de crédito porque está forradita máxima. Se estima que la fortuna de la cantante de 'Hello' ronda los 170 millones.
En el terreno musical, la reina de los temazos para corazones partíos se lleva pá la saca 21 milloncitos solo en concepto de actuación.
A estas cantidades con más ceros que las notas de fin de curso de los concursantes de 'Mujeres y Hombres y Viceversa', hay que sumarle lo que gana la inglesa con los porcentajes de venta de entradas en sus conciertos, la venta de disquitos y los proyectos musicales que tiene pendientes y que van a petar las plataformas musicales.
En definitiva, Adele no compra tu vida porque no le apetece.