La diva regresa. Bajo este nombre se ha presentado el nuevo reportaje de la revista Allure en el que Jennifer López es la protagonista indiscutible. Pero lo que desde luego sí que es discutible es que el reportaje tenga todo el glamour que podríamos esperar de la palabra diva unida al nombre de Jennifer López. Porque desde luego que no es para tirar cohetes, e incluso arranca alguna que otra carcajada.
Si os esperabais a una Jennifer López al estilo de como Rihanna ha decidido aparecer para la revista GQ, luciendo escotazo (e incluso sin escote) estáis muy equivocados. A mi lo que me parece es que el fotógrafo ha querido retratarla como llevan haciendo desde hace unos años ha raíz de que sacase su perfume: perfectamente maquillada, todo lo sensual que pueda ella dar de sí pero con un aire cándida, rallando el de una virgen, que sinceramente no cuela.
Muchas flores, mucho dorado, alguna que otra imagen en blanco y negro pero nada de chicha. Un semblante serio (que me encanta, que conste que no me quejo de ella, sino de la sesión) pero yo estoy cansado de verla siempre posando de la misma forma. Un poco de originalidad, por Dios, que no cuesta tanto.
Echadle un ojo vostros a las fotos pero vamos, sinceramente solo salvo la foto de la portada. El resto ya lo he visto más veces con su cara y sin ella y lo único que parece es otra de las revistas del Cosmopolitan anunciando maquillajes, potes o rimmel.
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Fotos | Just Jared
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