Después del super dueto de divas, de meneíto suavesito, sudando latineo, con poquita tela, mucho talento y sin necesidad de ningún push up que ponga las cosas en su sitio que protagonizaron Shakira y JLo en el descanso de la Super Bowl del año pasado, la actuación de este año de The Weeknd se ha quedado más insulsa, más light (sin chicha ni limoná), que el diario de sentimientos de una influencer.
El artista canadiense (de Torontontero) ha invertido 7 millones de dólares de su propio bolsillo en el número que preparó para el evento más seguido en el mundo. Quizás es por eso por lo que no ha gustado nada en redes la ausencia del brilli brilli, de las uñas de espátula y de los 'quillo, trá trá' de nuestra Rosalía en el escenario cuyo protagonismo acaparó The Weeknd. ¡Las cámaras y las lights a mi persona!
El cantante de Blinding Lights desmintió en una entrevista de la 'NFL Network' que fuera a estar acompañado en este increíble número, todos los focos a su persona. Según The Weeknd, el motivo por el que ha decidido no contar ni con Rosalía, ni con Ariana Grande, ni con Daft Punk, ni con su peluquero reside en que el show estaba pensado para un solo intérprete.
Una gran decepción para el espectador español que se queda hasta las tantas de la madrugada para poder disfrutar del espectáculo. Teniendo en cuenta que la actuación dura algo más de seis minutazos de media, normalmente, se suelen agradecer sorpresitas en los números, invitados, grandes coreografías y puestas en escenas de quedarse con la boca abierta como parte del show (asintomáticos este año), tal y como ocurrió con Bruno Mars o Lady Gaga en años anteriores.
Mientras que todos esperábamos verla en el escenario junto a 'Fin de Semna' (The Weenknd a la española), la Rosalía tuvo que conformarse con ver a su compañero dándolo todo desde su comodísimo sofá a través de su super proyector-televisor, tal y como se puede ver en esta insta story. ¡Para que luego diga que está todo el día working sin descansar!
