Si hace una semana nuestro corazón se rompía un poquito porque Andrés Velencoso se había echado chorbo, ahora ya no nos quedan más que pedazos esparcidos por el suelo cuales granos de arena imposibles de recomponer, cual copo de nieve a punto de derretirse y desaparecer, cual bufanda de lana picante que se empieza a destejer.
¿Dramáticos? ¿Nosotros? No creo. Poeta, más bien. Sea como sea, la situación lo merece, y es que Miguel Ángel Silvestre se nos ha echado novia.
¿Que tampoco es para tanto? ¡¿Que tampoco es para tanto?! Anda, mira este vídeo y luego nos dices cuál es la magnitud.
Suponemos que ahora estarás de acuerdo con nosotros en el valor cuantitativo de la pérdida. Que este señor es un partidazo, que no necesita ni taladro para colgarte los cuadros de Ikea en la pared. Que se pone el clavo en la pelvis, ¡y zas!, de un movimiento de esos te lo clava. El clavo. En la pared. Continuemos.
Menos mal que tenemos a un grande en España como es David Civera, que es capaz de poner palabras y música a los sentimientos de la humanidad. Porque ahora Miguel Ángel debe sentir que "me ha robado el corazón, me ha robado el corazón, ella fue mi perdición, por ella muero, por ella muero".
Y perdón por la referencia musical, pero es que no podíamos mencionar a un empotrador sin acordarnos del otro, que el cantante también tiene la cadera mejor engrasada que una puerta giratoria.
La chica se llama Claudia, es de Madrid y tiene 24 años. Y sabemos mucho más, que LinkedIn nunca engaña: actualmente trabaja en el departamento de comunicación de Ágatha Ruiz de la Prada, tras haber estudiado Estilismo y Dirección Creativa de Moda en la escuela de diseño del instituto Marangoni de Milán. Vamos, que tardó menos en sacarse en la carrera que en contestar eso de '¿y tú qué estudias?'.
Mira, Migue, nosotros te deseamos todo lo mejor, tú lo sabes bien... Pero, ya que al menos no vamos a tener ninguna oportunidad contigo, ven a casa a colgarnos un par de cuadros. Que tenemos un retrato al óleo de la Pantoja que queremos poner encima de la televisión, pero nos da miedo hacerlo a nosotros, a ver si se nos va a hostiar.
Imágenes | gtres
