El secreto de Felipe VI: envía a sus guardaespaldas a por kebabs y Letizia reacciona

Felipe VI - collage poprosa
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Por extraño que parezca, los habitantes de Zarzuela son tan humanos como cualquiera de nosotros. Todos comen, cagan, sienten y padecen de la misma forma que el resto. Y sí, gozan de infinidad de privilegios que el pueblo llano ni siquiera conoce, pero a la hora de la verdad, los gustos de unos y otros son similares.

A todos nos gusta la buena vida. Que sí, que es posible ser feliz con poco, pero es mejor ser feliz con mucho. O al menos, ser feliz en un yate surcando los mares mientras el camarero te sirve el mejor champán. Aquello de navegar, por cierto, le encantaba a don Juan Carlos, y a día de hoy sigue dando la murga con el tema: el Borbón quiere Bribón.

Puede que sea el más caro, pero no es el único capricho del emérito. Además de relajarse sobre los mares, Juan Carlos adoraba ponerse fino a kebabs, durums y todo tipo de comida turca. Tal y como publica ElNacional.cat, en palacio se ponían finos a comida rápida de este tipo, y doña Sofía era una amante sin límites.

Los kebabs de Casa Real - Socialité Los kebabs de Casa Real - Socialité

Sorprendentemente, en Zarzuela parece ser habitual ver restos de pollo, salsa se yogurt o lechuga cobre las mesas. Felipe VI ha heredado la adicción al durum de sus padres, y de vez en cuando manda a sus guardaespaldas a recoger pedidos a un garito situado en Moncloa: "Venían los guardaespaldas y se llevaban 7 u 8", relataba el dueño en Socialité.

Letizia, a diferencia de su esposo, se controla con el kebab. No le disgusta, pero su obsesión por cuida la línea le impide meterse un atracón de comida rápida. Leonor y Sofía, con toda probabilidad, también adoran hincarle el diente a un buen kebab.

Comentarios cerrados
Inicio