Este es el motivo por el que Jesús Vázquez ha roto a llorar en la gran final de Álex, tronista de 'MyHyV'

El trono de Álex ha llegado a su fin, quizás presionado por dejar de ver en primera fila como se despellejan a diario Orianza Marzoli e Iván González o tal vez porque no aguantaba ser testigo de cómo su exnovia, Carmen, pretendía a su brother Josué, a la que finalmente le ha pedido que le de otra oportunidad, como decía María del Monte a la Pantoja en su sevillana 'Salta la rana'.

El jovenzuelo tronista, que podría ser perfectamente el hermano bastardo de los Hemsworth, ha recibido por videollamada el apoyo de su madre Isabel: "Te amo por encima de todo. Sabes que no te doy mis opiniones porque respeto tus decisiones y, si en esta aventura has sido capaz de disfrutar y desarrollarte personalmente un poquito, es suficiente", ha comenzado diciendo esta ternura de mujer a su hijo, que estaba a punto de tomar la decisión más importante de su vida, después de la de elegir si vestir pitillos slim o super skinny para su gala final.

"Yo sé quien tú eres, un amor de persona y la generosidad andante, la lealtad como amigo y como hijo. Te adoro. Tú no sabes los meses que llevo echándote de menos. Eres la aventura más bonita que he tenido en toda mi vida", ha continuado Isabel mientras que su hijo le escuchaba con el corazón encogido y llorando más que Melyssa cuando vio las primeras imágenes de Tom Brusse en 'La Isla de las Tentaciones'.

Pero Álex no ha sido el único que ha parecido una magdalena, bueno, por emperifollado que iba, diríamos que ha sido más bien un 'muffin'. Y es que Jesús Vázquez no ha podido tampoco dejar de llorar. El de los anuncios de Jazztel se ha hecho más pequeñito que un llavero de Joselito (el cantante) al hablar con la madre del que ya es tronista emérito: "es que las conversaciones de madre e hijo me... es que las madres emocionan mucho, Isabel, porque yo no tengo madre...", ha verbalizado el presentador deshecho en lágrimas y con un nudo en la garganta que le ha impedido continuar durante unos segundos.

El motivo por el que Jesús Vázquez recuerda con tristeza a su madre, tal y como contó en 'Mi Casa es la tuya', reside en que tuvo que despedirla justo cuando estaba envuelto en el 'Caso Arny' junto a Jorge Cadaval, una falsa acusación que los situaba como responsables de la prostitución y corrupción de menores en un pub gay de Sevilla. "Fue muy siniestro todo, salimos inocentes porque se descubrió que fue todo un montaje", le comentó a Bertín Osborne en su programa.

El presentador de 'MyHyV' fue absuelto y considerado inocente por el juez, pero mucho después de que su madre falleciera: "Mi madre se puso enferma durante el juicio, es algo que tengo dentro y lo quiero sacar. Tenía cáncer y se puso peor porque estaba sufriendo tanto... Ella estaba enferma y por esto no ponía de su parte, no se cuidaba, estaba destrozada, lloraba, no se tomaba las medicinas y ya veíamos que se iba".

Por eso, Jesús y sus hermanos decidieron hacer algo para que su madre, Chus Martínez, pudiera descansar tranquila, ya que la causa judicial (como todas) avanzaba muy lentamente: "Hicimos un paripé los tres hermanos, un teatro. Le quitamos la televisión de hospital y le dijimos que se acabó todo y el juez había dicho que no tenía nada que ver... Al día siguiente se murió. Se le cambió la cara, se fue en paz", relataba asumiéndolo como la gran lacra de su vida.

"Tu hijo ha crecido mucho. He hablado con tu él y para él esto era un desafío personal porque ha superado una situación que para él era difícil gracias al programa y a mí eso me ha emocionado mucho", ha continuado Jesús Vázquez en cuanto ha podido retomar las riendas del programa y, seguramente, recordando a su madre igual de orgullosa que la del tronista en cuanto supo (antes de tiempo) que su hijo era inocente de esa acusación tan grave.

El silencio se ha hecho por completo en el plató en el momento más tierno de Vázquez, a excepción de alguna pretendienta que otra que no ha podido contener su asombro con alguna expresión parecida a un "¡qué mono!", un indicador positivo (e infalible) para cualquiera que esté en plena conquista. Claro, a no ser que se lo diga a otro que no seas tú, como era el caso...