Ay cari, qué quieres que te diga, pero no me das ninguna pena, a mi puedes llorar hasta que te pongan un gotero por la deshidratación, no me convences nada y a la mayoría tampoco. Porque a mí que venga Naomi Campbell a arrepentirse públicamente una y otra vez de los ataques de ira y a la primera de cambio le suelte una galleta a alguien, me resulta contradictorio.
El caso es que esta vez la modelo ha vuelto a hacer el paripé soltando las lágrimas (totalmente de cocodrilo, anda que no sabe nada la tía) con Oprah, la reina del drama por excelencia Así, al preguntarle la presentadora sobre su afición (o hobbie) de arrojar objetos a diestro y siniestro y lo de sacar la mano a pasear cada vez que se le lleva la contraria, se ha visto arrepentidísima y clama el perdón. Vamos que se lía la manta a la cabeza jurando y prometiendo no eso de que nunca volverá a pasar hambre porque es una cosa que va con la profesión, sino de ser mejor persona. Y es que ella no es que se crea una diva (ya, sí, ya sé como me dices…), simplemente que no lo puede remediar, sólo sabe que se le cruza el cable y le sale el Chucky que lleva dentro, claro que menos mal que tira móviles a la cabeza y no cuchillos, siempre podría ser peor.
Como os digo, a mí no me convence porque ahora dice esto y en cuatro días su asistente de turno tiene que estar esquivando armas arrojadizas como si de una secuela de Matrix se tratare. Aún así, supongo que todavía habrá alguien que le conceda esta vez el beneficio de la duda.
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