Si antes Mischa Barton era criticada por ser una auténtica sílfide y pesar menos que los pollos, no entiendo como de unos meses a aquí se está poniendo como se está poniendo: aunque parezca mentira, Mischa Barton está engordando. La gente está realmente asustada porque no se esperaban algo parecido. Si bien es cierto que no está pasando sus mejores momentos y entre las idas y venidas a los hospitales, sus problemas mentales y la cantidad de veces que se le ha diagnosticado anorexia, no tiene que ser fácil mantener la línea.
Eso o que gracias a dios se ha dado cuenta de que hay cosas más importantes que estar día y noche pensando como hacer para perder kilos de la manera que sea. Pero no me malinterpretéis: de Mischa precisamente no me lo creo. Sinceramente esta chica me da una pena increíble y creo que no lo tiene que estar pasando nada bien en estos momentos.
Y esto no le beneficia en nada, porque ya sabemos la afición que tiene esta mujer por perder kilos y mantener la línea de cualquier forma que figure en una lista de los métodos menos recomendables y saludables, al alcohol y a las drogas y darle a los antidepresivos (bajo receta médica) por su inestabilidad sentimental y psicológica.
El resto de medios han arremetido contra ella de manera salvaje y cruel pero yo sigo convencido de que no es trigo limpio lo que le ocurre a esta chica. Detrás de esa sonrisa de ‘aquí no pasa nada así que no preguntéis’ estoy seguro que hay horas y horas de psicoanalistas y desde luego un trabajo de autocontrol y fuerza de voluntad increíble. Espero estar equivocándome, eso espero…
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Fotos | Viva el Rosa
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