Estas son las pequeñas cosillas que hacen al matrimonio algo mucho más ameno y divertido. O al menos desde el punto de vista de Brad Pitt, que imagino que cuando llegó a casa borracho como una cuba después de haberse ido de fiesta, la reprimenda que la Jolie le echó sería un asunto más que gracioso en ese momento. Pero después, pasadas 10 horas, con toda la resaca del mundo y el cargo de conciencia sobre su cabeza (además de tener a la Jolie cabreada…), no creo que siguiese siendo igual de jocoso.
Al parecer las compañías hacen mucho. Y no es que Brad Pitt sea de esos que necesita tener alguien al lado para echarse un par de tragos de Whisky de malta al buche, que va. Si le apetece se los toma y todos tan contentos. El problema está en que se nos juntó en un pub londinense con Guy Ritchie, empezaron a hablar, la cerveza corría, siguieron con los tequila y los chupitos y… el resultado podéis imaginar cual fue.
A todo esto, Angelina Jolie que perfectamente se pudo quedar en casa haciendo punto de cruz o viendo su serie favorita, cuando se percató de que su marido no llegaba a la hora acordada y que encima se olía el whisky a kilómetros de distancia, le estuvo esperando preocupada en el sofá y fue aparecer por la puerta que le calló una que no olvidará en su vida ¿La escuda de Brad? Él no estaba acostumbrado a la cerveza inglesa, se le subía demasiado a la cabeza…
Vía | Cuore
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Foto | Gtres
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