Fue el pasado 2 de febrero cuando Kylie Jenner trajo al mundo a su retoño Wolf Jacques Webster, porque eso de llamar al niño Manolo o Paco como que no está en su honda, y conocimos el lado más humano de la empresaria exitosa.
De hecho, la benjamina de las sisters adictas a los retoquitos estéticos manifestó desde primera hora que estaba pasando por una depresión postparto que no tuvo con su primera hija.
"Personalmente, la experiencia de esta segunda vez me está costando más que la primera con mi hija", reveló a sus millones de followers al mes de dar a luz.
Ahora, nos lo ha vuelto a recordar en un adelanto de la segunda temporada del reality que comparte con su familia, 'The Kardashians', haciéndonos ver que no sentía la felicidad que esperaba en ese momento: "Debería de estar feliz ahora mismo, acabo de tener un nuevo bebé (...). Pero lloré sin parar durante tres semanas", expresa.
El "humilde" hogar de Kyle Jenner - Instagram
Y es que al dolor emocional de Kylie, se le sumó el físico: "He estado lidiando con toneladas de dolor de espalda y de rodillas esta vez, así que ralentiza mis entrenamientos", ha confesado. Además, la modelo ha dejado claras sus intenciones de que este testimonio vea la luz para que otras madres, aquellas que no disponen de 15 nannys que cuiden al churumbel de turno, se sientan identificadas con su discurso:
"No es fácil mental, física y espiritualmente, es una locura. Solo quería volver a mi día a día contándolo porque creo que otras mamás que están pasando por lo mismo en este momento pueden buscar en internet y ver que parece mucho más fácil para otras personas, y se sienten presionadas, pero no ha sido fácil para mí", sentencia.