No salimos de una y ya nos metemos en otra, Pantoja. Con lo a gustito que podrías estar en Cantora, viendo a los pájaros pasar, viendo a los animales pastar... Y, sin embargo, vamos de disgusto en disgusto. Que, además, tanto estrés es malísimo para la piel. Verás tú que cuando vuelva a hacer una aparición pública va a parecer que se ha echado 20 años encima.
Y a todo lo que ya estaba viviendo se le asoma un nuevo problema: la cárcel. Que, a decir verdad, no es nada nuevo para ella, pero la sombra vuelve a acechar...
Es la Fiscalía de Marbella la que le pide su vuelta a encerrarse entre barrotes. Pero, para entender el porqué, debemos remontarnos hasta el año 2015.
En aquella época, recordemos, la Pantoja estaba en prisión por el Caso Malaya. Era entonces su hermano Agustín Pantoja el que tenía plenos poderes sobre los asuntos de su hermanita.
Tiempo atrás, la Pantoja decidió hacer una serie de reformas en su casa Mi Gitana, en Marbella. Contrajo una deuda con la empresa constructora. Fue entonces Agustín el que decidió pagarla desde la empresa Panriver 56 S.L., de la que Isabel es la única administradora.
Vale, hasta aquí todo parece ir bien encauzado. Pero entonces, ¿qué pasó? ¡Sorpresa! Agustín, en vez de pagar a la empresa Hormofer (propietaria de la deuda), pagó a la constructora Cobade.
Y todo este lío se formó porque Homofer había comprado anteriormente la deuda que Panriver 56 S.L. tenía con Cobade y, por tanto, debía abonársele a ella.
¿Consecuencias? Que ahora está acusada de cuatro delitos penales: estafa, apropiación indebida, insolvencia punible y alzamiento de bienes. Casi ná. Y a nosotros lo máximo de lo que nos han acusado en la vida es de robar un boli Bic en clase.
Ella intentó recurrir, pero no sirvió de nada, como informaban en 'El Programa de Ana Rosa'. La periodista Paloma García-Pelayo informaba: "Fiscalía solicita para la cantante tres años de prisión, más una multa de 18 meses con una cuota de 20 euros diarios".
Finalmente, los acusados en este juego son Isabel Pantoja como "cooperadora necesaria" y, por otro lado, la constructora Cobade, como "autora del delito".