Dicen que para estar bella hay que sufrir y de esto bien sabe Kim Kardashian que se nos suele someter a unos tratamientos de belleza en los que no es que lo pase mal, es que sólo de verlos solo me entran ganas de echarme la Nivea de toda la vida. Primero que si aquél tratamiento de sangre y ahora una pedicura de lo más curiosa.
Sí, ya lo sé que este tipo de pedicuras no son nuevas ni nada por el estilo, se trata de la que se hace dejando todo el trabajo a unos pececilllos llamados "garra rufa", que se van, literalmente, comiendo las durezas y piel sobrante.
Pues bien, a este tratamiento se han sometido Kim Kardashian y su hermana Kourtney. Mientras la segunda lo disfrutaba toda digna, no sin decir que es la sensación más rara del mundo, en el caso de Kim la cosa se salió un poco más de madre. Y es que según metió los pies (que por cierto más hinchados no los podía tener... sigue poniéndote tacones...) empezó a gritar como si la vida le fuese en ello. Claro, que parece que la idea de saca los pies de ahí no se le pasó por la cabeza... Qué cosas.
Hay sufrimientos que, sinceramente, no merecen la pena.
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