Hay parejas que ni se enganchan y dejan de engancharse. Un ejemplo claro es el forman Shakira y Antonio de la Rúa que, lejos de pasar página y rehacer sus vidas cada uno con lo suyo, han entrado en un bucle de denuncias infinitas que no tiene ninguna pinta de acabar bien. ¿La última querella? Una cuestión de dólares, como es lógico.
La Sra. Mebarak ha mostrado una clara intención de tomar todas las medidas necesarias para impedir que tome posesión de los bienes que son legítimamente míos.
Así de hostil está el señorito De la Rúa y es que, quiera Shakira o no, él quiere su parte de los beneficios obtenidos con la asociación que tenían a medias. No sabemos como acabará este culebrón, lo que sí está más que claro es que estos dos no funcionan ni como pareja, ni como socios, ni mucho como colegas. ¡En otra vida será!
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