Cristina Porta y Luca Onestini se dejan llevar por la pasión en el concierto homenaje de Rocío Jurado: el tórrido motivo por el que llegaron tarde a la alfombra roja

Luca Onestini Cristina Porta
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El batiburrillo de rostros de famosos que se dejaron caer por la alfombra morada del concierto que se celebró ayer, 8 de marzo, en homenaje a Rocío Jurado era algo parecido a cuando el profesor elegía los grupos para algún trabajo de clase. Lo mismo te encontrabas a Mercedes Milá, que a Rocío Carrasco, que a Suso con su novia que a Edurne. Una mezcla tan bizarra que, en cuanto llegó la hora de inicio, los fotógrafos salieron por patas pidiendo a gritos una cerveza para calmar el mareo que provocó esta lluvia de estrellas.

Es por esto y por la impuntualidad de los invitados, que ni Luca Onestini ni Cristina Porta aparecen en ninguno de los bancos de imágenes de los medios de comunicación y agencias que cubrieron este photocall. Bueno, al menos esto es lo que defienden ellos, que igual fueron confundidos por anónimos y ningún fotógrafo quiso gastar carrete con ellos...

Entonces, descartando la teoría de que falsearan su presencia en el eventazo del Día Internacional de la Mujer organizado a lo Sonia Monroy o Anna Allen en los Oscars ¿llegaron tarde o fueron castigados por el látigo de la indiferencia de los presentes? Ha sido el propio Luca quien ha respondido a esta pregunta a través de su perfil de Twitter donde, además de echarle la culpa al tráfico, también responsabilizó a su sangre caliente italiana de haber llegado tarde. 

"Hemos llegado y no está ni el tato. Lección de hoy: hacer el amor después de los eventos, no antes", escribía aun despeinado, con la bragueta bajada y dando a entender que Cristina y el maracaná Onestini se dejaron llevar por la pasión en los baños del WiZink Center llegando impuntuales a la cita con los medios de comunicación.

Además, "la carpeta Pinocha" (como los llaman sus haters) han dibujado con sus manos un corazón durante el concierto, en el que Luca no sabía ni una de las canciones que se interpretaban, para demostrar que tenían sus asientos reservados en muy buena localización. Unas entradas que les fueron regaladas para llenar el patio de butacas que, según informa 'La Razón', tuvieron que llenar in extremis por no haber completado el aforo esperado.

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