Hace poquito os cotilleamos como Kanye West estaba llevando su separación con Kim del modo más tétrico posible. El rapero lejos de arramplar con la estantería de chocolates del súper y tragarse todos los dramones románticos de Netflix en bucle como hace un ciudadano medio en la etapa de despecho, optó por ejercer de ex tóxico y, entre otros menesteres, llevó una furgo hasta arriba de rosas rojas a la casa de la Kardashian el día de San Valentín y alentó a sus fans a "molestar" al noviete de esta por la calle, hecho por el que pidió perdón y rectificó después.
Por otro lado, Ye (su nuevo nombre artístico tras hacerse un lavado de imagen a lo Tamara/Ámbar/Yurena) capitaneó titularacos al hacerle un cambio de look a la que fuera su churri durante tres cuartos de hora, Julia Fox, y con la que ahora dice mantener una estrecha amistad. Además, en más de una ocasión se le ha visto irse de picos pardos con una individua que responde al nombre de Cheney Jones y que luce como la versión 'Hacendado' de la multimillonaria Kimberly.
Ye y la marca blanca de su ex mujer
Ahora, los que fueran los tortolitos más enamorados de las colinas de Hollywood están oficialmente divorciados. Según 'Vanitatis', el juez Cochran del condado de Los Angeles ha dictado que la empresaria está legalmente inscrita en el club de solteritos ricachones en un juicio donde esta apareció como una diva que se precie: por videollamada, y respondiendo a cuestiones sobre cómo se encuentran sus churumbeles o si deseaba seguir con el proceso.
Ni dos horitas después de la emancipación de la empresaria, West publicó un vídeo en Instagram de su nuevo hit 'Eazy' donde colabora con 'The Game' (y que no sabemos lo que durará online dado su afán de borrar tó cual Ylenia Padilla 2.0) en el que se aprecia una parodia "animada" del rapero secuestrando y enterrando vivo a Pete Davidson, boyfriend de Kim, para después derramarle por encima una bolsita de semillas de rosas. Tan tierno como creepy.