Ya decían que un diamante es el mejor amigo de una chica. Y el de Kim Kardashian da para hacer una chupipandi de lo gordo que es. Kanye West ha tirado la casa por la ventana para prometerse con la madre de su hija, y le calcó un pedazo de pedrusco de 15 quilates que dejó a la celebrity con los ojos como platos. Tanto le ha gustado su anillo que desde que su futuro marido lo puso en su dedo, no se lo ha quitado ni un segundo.
Kim está que no cabe en sí de gozo con su nuevo mejor amigo, y a tanto llega su pasión que desde el día en que Kanye se lo regaló, ella no se lo ha quitado ni una sola vez. Ni para ducharse, ni para dormir, ni para cocinar... Bueno, no creo que cocine mucho, pero si tiene que pelarse unas papas, se las pela con el piedrolo puesto.
Lo he llevado todo el tiempo. Lo llevo cuando estoy en el gimnasio. Lo llevo a todas partes.
Sólo se lo ha quitado para enseñárselo a la pequeña North, que debió de quedarse alucinada con tanto brillo como si fuera una pequeña urraquilla. Justo después de comprometerse, Kim fue a por su peque y le enseñó el anillo y hasta le dejó que se lo pusiera. Menos mal que todavía no está en la edad de meterse en la boca todo lo que pille, porque ya me les imagino rebuscando en el pañal.
Vía | E! Online Foto | Instagram de Kim Kardashian En Poprosa | ¡Tendremos boda! Kim Kardashian y Kanye West se comprometen En Poprosa | Cachete, pechito... Kim Kardashian is back, baby
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