Georgie Dann con un cardado milenario y un chándal de hacer maniobras con las manos en un descampado para cobrar ayudando a aparcar sus coches a la gente se preguntaba: ¿Ay, mami, qué será lo que tiene el negro?
Pues un cabreo de siete pares de narices, te lo digo yo... Y es que, para el prometido de Anabel Pantoja, 'Sálvame' ya se ha pasado de la raya (y nunca mejor dicho, después de ver las imágenes de Kiko Rivera). El programa, por mucha frutita que tenga, ha demostrado estar siendo de lo más nocivo y poco sano con la colaboradora más novata, con la que se ceban a diario.
La primísima de los Pantoja tuvo más estrés ayer trabajando que el/la pediatra de los niños de Sergio Ramos y Pilar Rubio. Anabé (la reina de la panto-sensualidad, nunca lo olvidemos) tuvo que enfrentarse a un vídeo donde salía Kiko trapicheando con droga en 2004 y a una llamada de su cuñi Irene Rosales, en la que le pidió que fuera más honesta al hablar de la drogadicción de su primo y que admitiera que la Panto nunca estuvo ahí.
Al ver el sufrimiento de Anabel, que se tiró toda la tarde llorando como si hubiera visto la película 'Siempre a tu lado: Hachiko' o se acabara de enterar del cierre de 'Imaginarium' con su puertecita pequeña, Omar Sánchez 'El Negro' decidió dar la cara por su prometida usando su gran herramienta. No penséis mal, que me refería a las redes sociales.
"Rabia, pena y coraje, pero me voy a quedar callado que estoy más bonito", decía Omar como haciendo un repaso de todos los personajes de 'Inside Out' ('Del Revés') de Disney. "Me duele que hablen sin saber, pero más que acusen y no se pongan en el lugar de cada uno", continuaba el prometido de Anabel dando la cara por su prometida con un fondo en negro (que es como estaba el Negro).
Omar Sánchez no suele meterse en ningún follón público, pero esta vez parece que ni una hora menos en Canarias ha sido suficiente para calmarle: "No es por mí, pero lo mío me duele", declaraba de lo más afectado porque, según ha contado Anabel Pantoja, estos calentones en televisión luego "los paga" con él en la isla. Y no, no hablamos de calentones como los de 'La Isla de las Filtraciones' con los tentadores, sino de los malos.
Lo que quiere el pobre Negro es poder disfrutar de la presencia de su novia cuando no está trabajando y no verla sufrir en casa. Hay que entender al chaval tal y como él entiende a Anabel, a la que apoya en las buenas y en las malas: "Ha sido una tarde dura, pero estaré contigo hasta el final", escribía en una foto con vista de pájaro en la piscina dándose un morreo a lo Isaac y Marina con su churri (ahora sí).