El cumpleaños más triste de Enrique Ponce: Ana Soria enfadada, Paloma Cuevas con las niñas y una tarta que se zamparon sus suegros

Enrique Ponce
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Enrique Ponce acaba de cumplir 50 tacos sin fiesta ni regalos. Así, como lo lees. Aunque el tío está hecho un toro (nunca mejor dicho), ha decidido olvidarse de comilonas y celebraciones a lo grande. Pasó el día junto a su churri y el perrito que tienen en común, y aunque la jornada pudo ser de lo más romántica, lo cierto es que Ana Soria se pilló un rebote y todo se fue al garete.

El miércoles 8 de diciembre, el ex marido de Paloma Cuevas cumplía nada más y nada menos que 50 tacos. Ojo, que se dice pronto. Aunque lo habitual entre los famosetes suele ser organizar un fiestón plagado de rostros conocidos y mucha champaña cara, Ponce prefirió dedicar el día a su amada. Tanto es así que, tal y como publica Semana, acudieron a una zapatería para ampliar el armario de Soria.

La jornada pintaba aburrida, pero el cabreo de Anita terminó por dinamitar cualquier ápice de diversión. Aunque se desconoce el motivo, la mencionada revista asegura que Soria se pilló un rebote de tres pares de narices. Con la cara hasta los pies y el morro apretao', la joven paseó por las calles de Almería junto al torero. Después de hacerle varias carantoñas, Ponce consiguió desenfadar a su hembra.

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En fin, un pique tontorrón de pareja. Después, ambos recogieron a su mascotas del cole y pusieron rumbo a casa de los padres de ella. Sí, has leído bien, el perro de Ponce va al colegio canino para aprender a comportarse. Habrá que ver cómo tienen el sofá de casa ... ¡Já!

Por la tarde, Ponce acudió a casa de sus suegros junto a su chorba y allí disfrutaron de una tarta en familia, previamente comprada por el torero. Entonces, ¿qué le regaló Ana? ¿un abrazo y muchos besos? Ay madre... Y para colmo, el diestro pasó el día alejado de su familia, ya que la custodia de las niñas la tiene Paloma Cuevas. Cumpleños completito donde los haya.

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