Poco ha tardado en llegar el primer topless en la casa de Guadalix de la sierra. Tras una noche de emociones, una de las concursantes olvidó la presencia de camaras y sacó sus pechos a relucir. Se sentía cómoda, feliz, en casa. La mansión de Gran Hermano le resultó tan acogedora que, inconscientemente, se cambió de ropa sin tener en cuenta que todo queda grabado.
Nada más arrancar la gala, una mujer criogenizada apareció en pantalla. Era Laura Bozzo haciendo el 'chow' máximo. Desde Telecinco le pidieron fingir su propia congelación y no dudó en prestarse a ello. Horas después del inicio del directo, Marta Flich saludaba a la peruana y esta recuperaba la vida.
Emocionada, Laura saludó al público español con la misma energía que demostró tener en su vídeo de presentación. Es un tía cañera, sin pelos en la lengua y con ganas de hacerse notar en nuestro país. Dijo estar dispuesta darlo todo y entró en la casa con paso firme. Una firmeza que, minutos después, empezó a flaquear.
Bozzo pidió abandonar tras perder la prueba que la obligaría a vivir en la cueva durante varios días. La presentadora se negaba en rotundo a pasar las noches en el paleolítico y uno de sus compañeros, concretamente el italiano musculado, le cambió el puesto.
A Laura Bozzo se le olvida que hay Cámaras #GHVIP8 pic.twitter.com/VH5m8f1WCt
— La Comadrita (@lacomadritaof_) September 15, 2023
Finalmente, Laura pudo dormir sobre una cama, como Dios manda. Antes de acostarse, abrió su maleta, sacó el pijama y se lo puso. Y fue entonces cuando se le vieron las tetis. Sus compañeras, patidifusas al ver a Bozzo cambiándose con tanta naturalidad, exclamaron: ¡¿Tía, no te da cosa?! Y ella, confundida, se echó las manos a la cabeza y dijo: ¡Olvidé las cámaras!
Fotos: Mediaset