Onieva y Falcó vueven a las andadas. No se han enrollado, no han tenido una cita y tampoco se han visto en persona, pero sí han mantenido varias conversaciones telefónicas que podrían propiciar lo que Isabel Preysler jamás desearía: una segunda oportunidad entre el empresario y la marquesa.
Tamara aseguró que jamás perdonaría a Íñigo, pero el amor no entiende de sentencias. El corazón de la marquesa se ablandó cuando vio al que iba a ser su marido pidiendo perdón públicamente, y a raíz de aquello, han retomado el contacto. Según Isabel Rábago, "todavía tienen cosas en común y sus conversaciones han sido bastante escuetas".
Es decir, todo parece indicar que, por el momento, tan solo habrían hablado para zanjar ciertos asuntos que todavía les unían. Puede que él tuviera algo de ropa de la marquesa o, quién sabe, quizás ha sido ella la que tenía que devolverle, por ejemplo, la Play Station 4. El por qué de las conversaciones solo lo saben ellos, pero hay algo que está claro: Íñigo está dispuesto a todo por recuperar a Tamara.
Íñigo Onieva junto a su familia - Gtres
Tanto es así que, el día que compareció ante los medios para pedir respeto y disculparse de nuevo con la Falcó, decidió ponerse un colgante que ella le había regalado meses atrás. Tal y como publica Informalia, se trata de una cruz de madera en forma de T que llevan los monjes franciscanos: simboliza la última letra del alfabeto hebreo (Tau) y es un símbolo de protección contra el mal.