Oliver Reaza, mítico tronista de 'Mujeres y Hombres y Viceversa', ha sido invitado al programa que le vio nacer como guaperas integral en su insistencia por rescatar a las viejas glorias viceversas para que cuando participen en 'GH VIP' o 'Supervivientes' la gente no se haya olvidado del todo de ellos.
El 'tronista histórico', como los define Jesús Vázquez, ha hecho su reaparición 10 años después con una misión muy especial para la que se necesita una gran preparación física: traer un sobre rojo. Los grandes seguidores del programa (los dos o tres que aun mantienen, yo entre ellos) sabemos lo que eso significa. ¡Se viene una propuesta indecente de trono! ¿Para quién será?
Oliver ha contado que tras su final, a pesar de irse solo, encontró el amor en la redacción de 'MyHyV'. Y es que el extronista se enamoró de una de las redactoras del programa, con la que tiene gemelos, Oliver y Ángel. La pena es que ya no sigue con la madre de sus hijos, está "soltero y entero", tal y como se ha descrito él mismo mientras que las mujeres en plató se relamían mirándole. Oliver ha añadido que actualmente se dedica a la interpretación tras haber estudiado cuatro años de arte dramático.
En aquella época en la que los tronistas eran guapos y tenían un papel protagonista en el programa, y no de relleno para hacer algo cuando Iván y Oriana no se pelean, Oliver tuvo pretendientas de lo más carismáticas, como Carmen, la versión malagueña de 'Amy Winhouse' que salió de un programa llamado 'Curso del 63', es decir, la Dakota de la vieja escuela.
Aunque, si por algo se caracterizó el trono de este macho man, fue por el tonteo que se traía con Virginia Llanos, una expretendienta de Efrén y desaparecida opinionista de cuando Emma García se ganaba la ciática a diario sentada en esa escalera. Virginia le metía mucha caña al tronista, y cuanto más metía, más le gustaba esta a Oliver. ¡Hasta tuvieron citas! Pero no, no cuajó mucho el bacalao tostao.
Esta versión sexy de Aurelio Manzano ha pasado de ser un niñatillo que vestía del Bershka a un potencial modelo de la campaña otoño-invierno de Cortefiel, y es que ha dejado patidifusas a todas las pretendientas del programa al verlo sentado en el trono, una cortesía del programa para recuperar esas 'vibes' dosmileras de cuando el programa tenía dos dígitos de audiencia.
El extronista ha entrado matando, y es que ha reconocido que ve poco en ese plató del programa que le cambió la vida hace 10-11 años: "han cambiado las sillas, las mías molaban más, esas las veo un pelín más rancias. Me gustaban más las mías, eran colores más vivos", ha confesado al principio.
"Ayer estuve echando un vistazo a cómo está funcionando el programa y, comparándolo con lo mío, no lo recuerdo igual. Lo mío parece que era como más movido, había más fiesta y aquí hay demasiado estiramiento. Discuten mucho los tronistas con sus propias pretendientas, no veo yo a las señoritas riéndose", ha dicho defraudado y dejando caer que los tronistas que hay ahora son bastante mierders (y razón no le falta).
